La creatividad revisada

La creatividad revisada La creatividad revisada

¿Qué nos dicen Mickey Mouse, las películas de la serie Mad Max y el descubrimiento del ADN acerca de lograr nuestra máxima creatividad?

¿Qué nos dicen Mickey Mouse, las películas de la serie Mad Max y el descubrimiento del ADN acerca de lograr nuestra máxima creatividad?

La creatividad es uno de esos conceptos misteriosos que a menudo son tratados por los directivos como una caja negra: algo que los individuos tienen o no tienen. El resultado es que pocas organizaciones hacen esfuerzo alguno por comprenderla o estimularla sistemáticamente. ¿Con qué frecuencia leemos acerca de empresas que pueden ver claramente lo que se les viene encima, pero parecen incapaces de elaborar respuestas para afrontar situaciones disruptivas? Sin creatividad, están condenadas.

Ahora, las buenas noticias. Mi investigación indica que, en cierta medida, la creatividad puede ser gestio-
nada y fomentada. Dicho de otra manera, hay cosas que se pueden hacer para maximizar la probabilidad de que la gente sea y, aún más importante, se mantenga– creativa.

Una creencia persistente de nuestra era es que la creatividad es cosa de jóvenes. Hemos llegado a dar por supuesto que la vitalidad física, junto con la pasión y la motivación, es propiedad de la juventud; por lo tanto, ¿por qué no van a serlo también la agilidad mental y la frescura? Mozart empezó a componer a los 7 años. Watson y Crick tenían 24 y 35 años, respectivamente, cuando publicaron su famoso artículo sobre la estructura del ADN. Elvis Presley tenía 19 años cuando grabó That’s All Right en 1954, dando un vuelco al mundo de la música pop.

Si bien es cierto que las “estrellas” mayores son menos frecuentes, hay bastantes como para demostrar que la creatividad no está condenada a marchitarse como la belleza física. George Eliot escribió su primer libro a los 40 años, Raymond Chandler, a los 44. Goethe terminó su monumental Fausto a los 88, cuando seguía componiendo poemas líricos de inusual belleza. Picasso fue más prolífico habiendo cumplido los 80 años que la mayoría de los pintores en la flor de la vida.

Sin embargo, la creatividad madura es distinta de la de la juventud apasionada: la creatividad juvenil se describe a menudo como “caliente” por su emoción y espontaneidad directas, mientras que la versión madura es “fría” (aunque quizá “fresca” sería una mejor descripción). Se conservan el oficio y la destreza, pero ahora complementados con la capacidad para racionalizar, reflexionar e integrar una experiencia más amplia, en vez del fuego de la juventud.

¿CÓMO AFE...


Pier Vittorio Mannucci

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Profesor adjunto de Comportamiento Organizativo en London Business School.