A vueltas con el capital humano

A vueltas con el capital humano A vueltas con el capital humano
Business Review (Núm. 270) · Recursos humanos

Nos apasiona saber –o al menos pretender que sabemos– qué sucederá en el futuro y, concretamente, qué pasará con nosotros. Pero predecir es una actividad compleja, y si uno pretende predecir aspectos relevantes del futuro, la tarea se convierte en enormemente compleja. Si, además, el objeto de estudio son las personas, ni que decir tiene que el trabajo es hercúleo (en el sentido de que se asemeja a las pruebas que impuso Euristeo a Heracles), es decir, trágico. No obstante, predecir es también una actividad intrínsecamente humana. Por ejemplo, en materia económica se espera que, en los próximos años, el mundo crezca alrededor del 3,5%. Pero ¿realmente se producirá dicho crecimiento y será exactamente del 3,5%? O, en sentido más amplio, ¿va a aumentar la producción en el futuro próximo? En cualquier caso, discutir la capacidad predictiva no es el objetivo del presente artículo, así que tomemos prestado un famoso chascarrillo entre los economistas y "asumamos que crecemos un 3,5%"; luego, ¿qué significa esto para nosotros? ¿Cómo nos afectará?

ACLARANDO CONCEPTOS: CRECIMIENTO ECONÓMICO Y PRODUCTIVIDAD

En primer lugar, cabe aclarar qué es el crecimiento económico. Los economistas usan como indicador del crecimiento económico el producto interior bruto (PIB). Actualmente existe una fuerte discusión sobre si dicho indicador refleja fielmente la variable que quiere aproximar. En ese sentido, han aparecido diversos trabajos e indicadores que intentan suplir el PIB, como el Índice de Desarrollo Humano, el Índice de Progreso Genuino o el Índice de Bienestar Económico Sostenible; por poner solo unos ejemplos. No obstante, el PIB se mantiene como indicador paradigmático debido, principalmente, a su extensiva utilización, a la falta de consenso sobre qué indicador ha de sustituirlo y al conservadurismo de las organizaciones.

Dicho esto, si atendemos al PIB, el crecimiento del mismo puede provenir de dos fuentes: más personas trabajando o que los trabajadores (en el sentido de personas que trabajan) sean más eficientes; por ejemplo, mejorando la productividad.

Mayor ocupación. En el primer caso, las previsiones no son precisamente halagüeñas para determinados territorios. España en particular y Europa en general presentan una población en descenso y que envejece cada vez más. Ello es debido a una baja tasa de natalidad, a un descenso de la tasa de mortalidad y a un aumento de la esper...


Ignacio Serrano

Profesor del Departamento de Dirección de Personas y Organización en Esade Business School ·

Josep M. Sayeras

Profesor del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad en Esade Business School ·