Hacia unos mejores consejos de administración

Hacia unos mejores consejos de administración Hacia unos mejores consejos de administración

En los negocios, al igual que en las familias, con frecuencia se echa la culpa de un mal comportamiento especialmente inaudito a una excesiva permisividad por parte de los padres. Los recientes escándalos han demostrado que algunos consejos de administración son demasiado pasivos, demasiado indulgentes o totalmente ajenos a lo que ocurre a su alrededor. Como consecuencia de ello, las empresas, que tienen que hacer frente a las nuevas exigencias sobre el gobierno corporativo, intentan como sea reforzar el control de la gestión, revisar las estructuras del consejo, etc.; lo que haga falta para cumplir las normativas. No obstante, si se detienen aquí, lo único que lograrán será eso, cumplir los aspectos legales. Y eso sería una verdadera lástima. La clave para un mejor gobierno corporativo reside en las relaciones laborales entre los consejos de administración y el equipo de gestión, en la dinámica social de la interacción de los consejos y en la competencia, integridad y participación constructiva de los consejeros individualmente. Es obvio que esto no es competencia de la legislación. De hecho, tal como algunos han indicado (“Parámetros fundamentales de un buen consejo de administración”, Jeffrey A. Sonnenfeld, HDBR, número 113), muchas empresas infractoras ya habían puesto en práctica las “reformas” que ahora se recomiendan como una vacuna contra una conducta indebida. Los consejos de administración insatisfechos cuyo común denominador es mejorar no pueden confiar en las respuestas impuestas desde el exterior. En cambio, deben pensar ambiciosamente y actuar de forma práctica decidiendo adónde quieren ir y preparándose para el viaje. Ese viaje será probablemente bastante largo. Todo el mundo sabe lo que la mayoría de los consejos de administración ha sido: una reliquia de la época de los clubes de caballeros caracterizados por la ceremonia y la conformidad. Y todo el mundo sabe lo que los consejos deberían ser: puestos de desafío e investigación que añaden valor sin inmiscuirse y hacen que los consejeros delegados sean más efectivos, pero no todopoderosos. Un consejo de administración puede lograr esa meta sólo si funciona como un equipo, tal como hemos llegado a entender lo que es un equipo en las últimas décadas. Un consejo con un alto grado de rendimiento, al igual que un equipo con un alto grado de rendimiento, es competente, cooperativo y coordinado, y se centra en un objetivo claro. Este tipo de entidades no se desarrolla de forma natural: tiene que s...