Aprendizajes de la neurociencia para forjar una cultura resiliente

Aprendizajes de la neurociencia para forjar una cultura resiliente Aprendizajes de la neurociencia para forjar una cultura resiliente

En un entorno volátil e imprevisible, la resiliencia –en todas sus dimensiones– se erige como una capacidad fundamental para afrontar las constantes disrupciones. Directivos, equipos y organizaciones deberán desarrollarla si quieren competir con garantías.

La disrupción ya no es una excepción en los negocios, sino la norma. Los directivos navegan hoy por lo que algunos llaman una era de permacrisis: un mundo marcado por la incertidumbre geopolítica, la disrupción tecnológica, las crisis climáticas y la volatilidad social. En este entorno, la resiliencia se convierte en la característica que define a los líderes y las organizaciones de éxito.

Sin embargo, con frecuencia se malinterpreta la resiliencia. Demasiado a menudo se la equipara con la insensibilidad o la resistencia: “apretar los dientes y seguir adelante”. La neurociencia y la investigación sobre las organizaciones aportan una perspectiva diferente: la resiliencia no consiste simplemente en superar los problemas, sino en recuperarse y progresar, es decir, tener la capacidad para adaptarse, aprender y desarrollarse gracias a la adversidad.

En este artículo integro aportaciones de la neurociencia, la psicología y la estrategia empresarial para ofrecer a los ejecutivos un conocimiento más profundo de la resiliencia. Veremos cómo el cerebro construye respuestas resilientes, de qué forma pueden los líderes resignificar el estrés como un combustible y cómo incorporar la resiliencia como una ventaja estratégica para las organizaciones.

 

La neurociencia de la resiliencia Hay que tener en cuenta que la resiliencia no es la ausencia de estrés en el cerebro, sino la capacidad del cerebro para convertir el estrés en fuerza, conexión y claridad. Examinemos algunas claves de esta capacidad.

 

1. La resiliencia es un marco mental, no un músculo Todos los líderes han vivido momentos en los que tomar decisiones les resultaba más difícil después de una noche sin apenas dormir o de un viaje interminable. No es cuestión de debilidad, sino de neurociencia. Baba Shiv, de Stanford, subraya que la resiliencia parte de la flexibilidad mental1. A la hora de tomar decisiones, los líderes operan, a grandes rasgos, en uno de dos modos:

• Tipo 1: aversión al riesgo. Favoreciendo la cautela y las prácticas ya establecidas.

• Tipo 2: tolerancia al riesgo. Abiertos a la experimentación y a las decisiones audaces.

Los líderes resilientes pueden cambiar de un modo a otro en función de cada situación. Shiv destaca que elementos como las horas de sueño, la meditación y la recuperación física potencian esta flexibilidad al...


Katharine D’Amico

Profesora de Neurociencia Aplicada y directora académica del Executive MBA en la UPF Barcelona School of Management. CEO y presidenta de The Swala Institute - Applied Neuroscience for Business ·