¿Cómo gestionar despidos masivos estratégicamente?

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¿Cómo gestionar despidos masivos estratégicamente? ¿Cómo gestionar despidos masivos estratégicamente?

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Harvard Deusto

Business Review (Núm. 328) · Recursos humanos

Algunas de las principales “big tech”, como Facebook, Amazon o Twitter, han anunciado que llevarán a cabo importantes reestructuraciones de sus plantillas, entre otros motivos, por el descenso de los ingresos publicitarios o por los efectos del e-commerce. Las reacciones no se han hecho esperar. ¿Cómo debería una empresa gestionar los despidos masivos?

La desaceleración en las ventas online después del boom experimentado durante la pandemia, la caída de la publicidad digital, así como el incremento de los costes logísticos han provocado que las principales compañías tecnológicas globales hayan decidido, en una medida sin precedentes, reducir sus plantillas drásticamente. The New York Times avanzaba que Amazon se planteaba despedir a unos 10.000 empleados (una cifra que representa el 3% de los trabajadores fijos de la compañía y el 1% de toda la plantilla), en el mayor recorte de personal de su exitosa historia.

Por su parte, la compra de Twitter por parte del magnate Elon Musk ha llegado acompañada del despido, a través de un correo electrónico, de unos 3.700 empleados (la mitad de la plantilla de la red social), a la que se le ha sumado el adiós “voluntario” de cientos de trabajadores, que se han marchado de la organización después de que el nuevo dueño de Twitter les enviara un correo pidiéndoles que se comprometieran con el trabajo duro... o que dejaran sus puestos laborales.

Microsoft también ha despedido recientemente a 1.000 empleados, que se suman a las reestructuraciones de personal acaecidas en firmas como Lyft (competencia de Uber en los Estados Unidos) o en la plataforma de procesamiento de pagos Stripe. Pero uno de los anuncios que más han dado que hablar en este sentido ha sido la rescisión del contrato de más de 11.000 empleados en Meta, la compañía matriz de Facebook, WhatsApp e Instagram, lo que representa un recorte del 13% de su plantilla. Se trata del primer despido masivo de la compañía en sus 18 años de historia.

 

Un trance para cualquier organización

Para ningún empresario es fácil afrontar situaciones como un despido masivo. De hecho, este es, seguramente, uno de los momentos más delicados y críticos de la gestión de cualquier líder. Y es que la forma de proceder a la hora de prescindir de una parte importante de la plantilla puede determinar el futuro de la organización, al proyectar una imagen de marca incierta entre los potenciales clientes y los posibles inversores, y también al generar un estado de ánimo desfavorable entre los trabajadores que se quedan en la empresa. ¿De qué modo se debe gestionar un momento así?

 

Algunas claves

Al afrontar una tesitura tan compleja como gestionar despidos masivos, algunos factores a tener en cuenta, son:

  • Evitar rumores, en la medida de lo posible. La comprensible intranquilidad reinará en la plantilla durante los días previos a que se consume el “adiós colectivo”, y también será fácil que aparezcan toda clase de rumores entre los empleados. En ese momento de tensa espera, siempre que sea posible, el CEO de la compañía debería mantener informados a los mandos intermedios sobre la decisión que está a punto de tomar. Si, a su vez, estos trasladan la información a los trabajadores que tienen a su cargo, quizá se pueda evitar que la rumorología se desate en exceso.

 

  • La importancia de las formas. Según informan algunos trabajadores, Elon Musk se valió de un simple correo electrónico y cortó los canales de comunicación interna para dar a conocer el despido de prácticamente la mitad de los empleados de Twitter. ¿Es esa la mejor manera de comunicar un despido? ¿Existe algún motivo que justifique esa forma de proceder? Independientemente de lo sucedido en este caso, por la importancia y el impacto que tiene una decisión de tal calado, lo cierto es que es vital cuidar las formas. Hay que tener en cuenta los detalles, los pequeños gestos, y, siempre que sea posible, priorizar el “cara a cara” a la hora de dar la noticia.

 

  • Explicar las causas y las medidas previas tomadas. En el caso de Meta, Mark Zuckerberg envió un comunicado a los miles de trabajadores despedidos en el que explicaba, claramente, las razones de fondo de la drástica decisión. “No sólo el comercio en línea ha vuelto a las tendencias anteriores (se entiende, previas a la pandemia), sino que la recesión macroeconómica, el aumento de la competencia y la pérdida de anuncios ha provocado que nuestros ingresos sean mucho más bajos de lo que esperaba”, indicó.

El presidente de Meta también aludió a los pasos previos que había dado para tratar de reconducir esos problemas: “Hemos recortado costes en todo nuestro negocio, incluida la reducción de presupuestos, la reducción de beneficios y la reducción inmobiliaria. Pero estas medidas por sí solas no alinearán nuestros gastos con el crecimiento de nuestros ingresos, por lo que también tomé la difícil decisión de despedir a gente".

Ser claro y transparente al explicar las razones de fondo del despido masivo ayudará a que los empleados comprendan mejor la situación y no la consideren arbitraria.

 

  • Ayuda para encontrar un nuevo empleo. Cuando una compañía se ve obligada a gestionar un despido masivo, su imagen suele verse gravemente afectada. Aunque la indemnización sea justa o incluso generosa, perder el trabajo puede generar frustración, enfado y, sobre todo, incertidumbre. Para reducir esta última, algunas organizaciones ofrecen a los trabajadores despedidos un servicio de asesoramiento laboral, con el objetivo de ayudarles a encontrar un nuevo empleo.

 

  • Cuidar a quienes se quedan. Tras pasar por un trance así, los empleados que siguen en la compañía tal vez desarrollen lo que en psicología laboral se conoce como “síndrome del superviviente”. Pueden sentirse culpables por haber subsistido a la “criba”, al contrario que sus ya excompañeros. También pueden sufrir el “síndrome del impostor”, llegando a creerse menos capacitados para el puesto que ocupan que aquellos que ya no están.

Cuidar el estado de ánimo de la plantilla después de un despido masivo es vital, mandando mensajes de estabilidad y facilitando que los empleados trasladen a sus superiores sus dudas y preocupaciones al respecto.