Estructuras de gobierno en la empresa familiar: de la formalidad a la realidad

Estructuras de gobierno en la empresa familiar: de la formalidad a la realidad Estructuras de gobierno en la empresa familiar: de la formalidad a la realidad

Las empresas familiares representan la mayoría de compañías alrededor del mundo, constituyendo más del 60% de las mismas. Varios estudios constatan que este tipo de empresa contribuye de forma considerable al PIB de los países y a la creación de empleos y desarrollo de sus comunidades. La Comisión Europea estima que las empresas familiares, solo en Europa, representan un trillón de euros en facturación y generan entre el 40% y 50% del empleo en la región.

En España, por ejemplo, podemos encontrar empresas familiares emblemáticas por su dimensión, su alto nivel de internacionalización, su dedicación al I+D, su rápido crecimiento o su sostenibilidad en el tiempo, algunas cotizadas (por ejemplo Inditex, Meliá Hoteles, ACS, Ferrovial, Almirall...), otras privadas (por ejemplo Grupo RIU, Grupo Uriach, Grupo Velatia, Natura Bissé, Codorníu, Freixenet, Camper, Joyeros Durán...). Las empresas familiares tienen características que las diferencian de otro tipo de organizaciones. Por un lado, la mayoría de ellas suelen tener un accionariado concentrado en manos de una o varias familias. Por otro lado, tienen un grado de complejidad mayor porque interactúan dos sistemas distintos, con lógicas diferentes, muchas veces contradictorios entre sí: el sistema de la familia y el sistema de la empresa. Por último, la empresa familiar se caracteriza por el alto grado de implicación de la familia en la propiedad y en la gestión. Esto genera que los miembros de la familia tengan diferentes roles, llegando a ser al mismo tiempo propietario, miembro de la familia y gestor de la empresa.

La superposición de los sistemas sociales, familia y empresa, y los roles simultáneos de propietario, gestor y miembro de la familia, generan frecuentemente desorden. Asimismo, la familia tiene mayor dificultad para separar la gestión de la propiedad. Esta complejidad genera la necesidad de tener un buen gobierno para mantener el éxito de la empresa familiar. De hecho, muchos estudios demuestran que tener estructuras de gobierno en la empresa familiar son necesarias para gestionar el desorden derivado de la interacción de la familia con la empresa y viceversa. Las estructuras de gobierno permiten separar gestión de propiedad, es decir, permiten la creación de distintos contextos para la toma de decisiones a diferentes niveles, evitando que los posibles conflictos de la familia, como podrían ser por ejemplo los intereses diversos y a veces contradictorios de los varios miem...


María José Parada

Codirectora académica de Esade Global Business Family Initiative ·

Profesora asociada del Departamento de Dirección General y Estrategia en ESADE Business School.