Gestión de la diversidad: el valor de lo diferente

Gestión de la diversidad: el valor de lo diferente Gestión de la diversidad: el valor de lo diferente
Business Review (Núm. 218) · Habilidades directivas

Se dice que las competencias son el ADN de las empresas porque definen la forma de ser y de actuar de las organizaciones y se enfocan en el comportamiento deseado según las responsabilidades, la unidad y el nivel organizativo que se ocupa. Al igual que el genoma humano, el perfil de competencias es como el código genético que señala a cada persona cuál es el comportamiento esperado y, de igual manera que las células se especializan para que todo el organismo funcione de manera eficiente, se adapte y gane la batalla de la vida, las personas se especializan en mayor o menor medida para ganar la batalla de la competitividad de las empresas. Algo que resulta interesante en ambos casos es que, al igual que sabemos distinguir a una persona de otra a pesar de tener el mismo genoma, también sabemos distinguir a una empresa de otra aunque tengan el mismo diccionario de competencias; es como si lo que nos hace diferentes no dependiera de grandes características.

Los nucleótidos, pequeñas moléculas que entrecruzadas dan lugar a los genes, siempre han existido y solo el tiempo y las modificaciones de lo estable han posibilitado nuevas respuestas. El paso de lo sencillo a lo complejo se ha ido produciendo porque en el proceso de replicación de los elementos y sus entrecruzamientos para generar nuevos seres vivos, las copias de las copias han acabado dando errores. Muchos de esos errores son desestimados porque no son estables y no tienen capacidad de respuesta al entorno y sucumben. Otros errores sí poseen esa capacidad de responder y a veces lo hacen en tal medida que dominan el entorno, como sucede cuando alguien innova sobremanera.

Esta variabilidad provocada por la repetición o la replicación hace que lo que era simple se vuelva complejo y evidencia que lo que parecía estable no lo sea tanto. El "error", lo distinto, sobrevive porque responde a una nueva demanda o porque reduce la estabilidad de otros elementos, es decir, los hace más dinámicos. En ese proceso de prueba nada hace presagiar su "valor", pero es útil en términos de supervivencia y, lo más importante, perdura, se vuelve estable y se reproduce mientras el entorno sea el mismo. Si el entorno cambia o el "error" se vuelve insuficiente, los elementos se entrecruzarán de maneras distintas para generar respuestas más adaptativas, más competitivas. Es la diversidad lo que ha permitido perdurar; así es la vida.

La explicación de la evolución, sin querer ser otra cosa que ...