La reputación corporativa y la gestión de recursos humanos

La reputación corporativa y la gestión de recursos humanos La reputación corporativa y la gestión de recursos humanos

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María de la Peña González

Business Review (Núm. 208) · Recursos humanos
Business & Technology (Núm. 2) · Recursos humanos

Crear marca como empleador para atraer y retener recursos clave será el granito de arena que aportarán desde recursos humanos a la estrategia global para posicionar y fortalecer la reputación corporativa.

La reputación corporativa se ha convertido en una prioridad. Si a ello le sumamos el efecto multiplicador implícito en la era 2.0, en la que cualquier noticia, comentario o anécdota positiva o negativa es conocida en tiempo real por todos los stakeholders, la gestión de la reputación a todos los niveles cobra una importancia mayúscula.

En estos momentos, nuestra audiencia es incalculable y, si analizamos la situación minuciosamente, nos damos cuenta de que la reputación de nuestra compañía ya no está solo en nuestras manos, sino también en manos de nuestros grupos de interés, cuyas opiniones a menudo aplastan literalmente los consistentes discursos corporativos de las entidades. Por eso la clave radica ahora en generar confianza y crear valor entre nuestros stakeholders.

Las redes sociales han marcado una nueva etapa en la que la realidad supera a la ficción. Ya no basta solo con invertir en publicidad cantidades ingentes de dinero e impactar a todos los públicos con una imagen en ocasiones vacía de contenido como hace años. Ahora los mensajes han de ser consistentes con una realidad, pues clientes, proveedores, empleados, exempleados, familiares o conocidos de la empresa se expresarán y darán feedback de forma inmediata.

Las empresas han dejado de ser lo que sus campañas publicitarias proyectan. Ahora son exactamente lo que sus stakeholders dicen que son en cada momento. Las opiniones fluyen de forma continua por la Red. Por eso, si la realidad no respalda lo comunicado, el efecto puede ser demoledor y, en vez de crear marca, la destruiremos.

Otra derivada más a añadir a esta compleja ecuación la constituye la crisis económica, que acentúa la necesidad de ser cada vez más competitivos en todos los sentidos. Una mala o nula reputación repercute directamente en la cuenta de resultados. Es sencillo de demostrar solo planteándonos qué tipo de factores inciden en nuestras decisiones de compra y elección rutinarias. Normalmente se trata de la buena fama de una consulta médica o de las referencias recibidas de nuestros conocidos acerca de cualquier producto del mercado. Incluso el prestigio de una marca puede incidir en las ofertas de trabajo que aceptamos.

Es la reputación corporativa llevada al plano más elemental y, efectivamente, la imagen y confianza construida por grandes y pequeños es un factor de lo más atrayente y la mejor garantía para la supervivencia en estos tiempos.

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María de la Peña González

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Directora de Recursos Humanos y Responsabilidad Social Corporativa de SIAG Risk Management.

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