A estas alturas, nadie pone en duda que el activo más valioso de cualquier organización es su capital humano. Y en un momento en el que la lucha por el talento es una realidad constatada y en el que se consolidan tendencias como la gran renuncia o la dimisión silenciosa, las compañías que consigan los mejores perfiles dispondrán de una clara ventaja competitiva. ¿De qué modo puede una empresa atraer y, sobre todo, motivar y “enamorar” a ese talento tan codiciado?
En este número analizamos las herramientas de las que disponen las organizaciones para mejorar su reputación como marca empleadora, haciendo especial hincapié en aquellos atributos que impactan directamente en la percepción que los trabajadores tienen de su empresa. Hablamos, obviamente, de la flexibilidad horaria y del trabajo en remoto, pero también de las nuevas metodologías de trabajo, de los planes de formación, de retribución y del tipo de liderazgo necesario para sacar el máximo provecho de los nuevos entornos laborales.