Bases para una logística eficaz en la distribución de mercancías en ‘retail’ y ‘e-commerce’

Bases para una logística eficaz en la distribución de mercancías en ‘retail’ y ‘e-commerce’ Bases para una logística eficaz en la distribución de mercancías en ‘retail’ y ‘e-commerce’

GI

Gabriel Izard

Business Review (Núm. 334) · Estrategia

Cuando hablamos de distribución física de mercancías en el sector ‘retail’, los términos eficacia y logística van siempre unidos. ¿Cómo entregar la mercancía en el momento adecuado, en el lugar adecuado y al menor coste? A través de la logística, se organizan todas las tareas para cumplir con los cinco requisitos que hoy exige la sociedad: entregar puntualmente, al menor precio, con el máximo respeto al medio ambiente, en las cantidades acordadas y con la máxima garantía de calidad.

Las cadenas de suministro actuales están soportando la tensión de la falta de productos en origen y las consecuencias de tres factores relevantes: las turbulencias derivadas de la pandemia, el cambio climático y la situación bélica en Ucrania. Los efectos negativos de la situación de confinamiento y su salida se manifestaron con la inseguridad de suministros de productos básicos y relacionados con la energía, y el aumento de precios en todos los ámbitos y países ha generado tensiones en los sistemas productivos y logísticos. El retorno de la inflación después de muchos años se ha originado en el aumento de costes y está evolucionando a una inflación estructural, con el traslado de los costes de materiales e inputs de producción al aumento de costes de productos acabados y también salariales. Ello ha encadenado problemas en la oferta de productos para el consumidor final, que ve cómo se reduce su poder adquisitivo y busca alternativas para afrontar sus necesidades sin mermar su calidad de vida.

El mundo actual nos ha acostumbrado a la abundancia en la oferta, con poca escasez de productos. Por lo que, cuando se dan factores externos imprevisibles para el funcionamiento del sistema, se producen desajustes que, actualmente, se traducen en el aumento de precios. Las medidas monetarias promovidas por las autoridades para enfriar la economía y, con ello, intentar frenar la escalada de precios no son efectivas a corto plazo, porque no se trata de una inflación por exceso de demanda, sino por reducción de la oferta. Por este motivo, las acciones de política monetaria son claramente insuficientes y de dudosa efectividad, y tienen efectos negativos en algunas instituciones financieras que no anticiparon los efectos de la subida de interés en sus cuentas.

Pero poco más puede hacerse en un entorno en el que la energía se ha convertido en uno de los factores de producción que más ha subido de precio. En este caso, no ha sido por la falta de producto, sino por factores externos a su producción. Además, las divergencias en las políticas energéticas de los diferentes países del mundo y, en especial, de Europa no sirven para restar los efectos imprevisibles derivados de la crisis. Las actuaciones a corto plazo para paliar consecuencias indeseables deben acompañarse de la reforma regulativa y el acercamiento legislativo y político entre países (especialmente en la Unión Europea), para reducir los impactos negativos de las perturbaciones del futuro...


Gabriel Izard

Profesor del Departamento de Empresa de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ·

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