'Coaching' de plenitud: el camino hacia el desarrollo de las potencialidades

'Coaching' de plenitud: el camino hacia el desarrollo de las potencialidades 'Coaching' de plenitud: el camino hacia el desarrollo de las potencialidades

En el coaching no directivo, el coach no se sitúa como un experto consultor o mentor que da las soluciones a los problemas de sus clientes, sino que se sitúa ante ellos a su mismo nivel. Desde esta relación de igualdad, plantea preguntas potentes que ayuden al cliente a explorar los nuevos recursos y posibilidades que alberga en su interior.

Luis Picazo, coach y psicólogo experimentado, solía decir que el coaching es "una terapia para sanos". Esto debió ser hasta que conoció los beneficios de la terapia humanista rogeriana porque ahora suele explicar que el coaching es "una terapia humanista para sanos". ¿Qué tiene la terapia humanista desarrollada por Carl Rogers que la hace tan interesante para la buena práctica del coaching?

Para empezar, Rogers parte de la idea de que el ser humano, como cualquier ser vivo, tiende por naturaleza a desarrollar todas sus potencialidades. Como él mismo cuenta, ya de pequeño se asombraba de cómo unas patatas amontonadas en un oscuro almacén de la granja donde vivía hacían surgir de su interior pequeños tallos que crecían buscando la poca luz que entraba por un ventanuco. Si en una patata -un tubérculo tan rústico- reside una fuerza y una potencialidad que le lleva a cumplir su pleno desarrollo, ¿no va a existir en el ser humano -situado en la cúspide de la evolución- una tendencia similar? ¿Vamos a ser menos que una patata?

A mí, al menos, me parece que no. La historia de la filosofía avala esta constatación. Spinoza expone que en el ser humano hay un conatus o fuerza impulsora que nos lleva a afirmar nuestra propia esencia. Aristóteles define el cambio como el paso de la potencia al acto. El cambio supone el paso de lo que estamos llamados a ser a su realización. Así, podríamos entender el coaching como el proceso que ayuda a las personas o equipos a llevar a la práctica todo su potencial. Por el mero hecho de existir, todos los individuos y todos los equipos tienen potencial. La vida, las decisiones y las creaciones son pasos de la potencia al acto movidos por la fuerza del conato. Sin tendencia a alcanzar objetivos y a dar fruto no damos un paso. Otro asunto es que emprendamos acciones en falso movidos por fuerzas obtusas, aunque no es el objeto de este artículo (en el coaching coactivo -procedente de la unión de "co" y de "activo"- se habla del saboteador que va en contra de nuestra tendencia a la actualización).

La premisa a la hora de tratar a un cliente, como dice Giordani, un estudioso de Rogers, es que "el hombre es capaz de resolver sus propios problemas y desarrollar su plan de vida, porque tiene dentro de sí la energía y el criterio de valoración suficientes para llevar a cabo su propio desarrollo".

El coach confía en su cliente, es decir, en su coachee. El modelo de coaching coactivo lo expresa d...


Víctor Vallejo Viciana

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Partner y Executive & Team Coach de Augere.