Delegar: el camino al rendimiento óptimo

Delegar: el camino al rendimiento óptimo Delegar: el camino al rendimiento óptimo

A pesar de que muchos jefes no lo ponen en práctica, saber delegar es una habilidad casi imprescindible. Si está buscando la eficiencia, es necesario que aprenda a obtener la máxima productividad de sí mismo y de su equipo, y en eso consiste precisamente delegar.

Muchos responsables de equipo son reacios a delegar porque creen que son los únicos que pueden llevar a cabo un trabajo o emprender una iniciativa concreta, o incluso piensan que deben justificar su sueldo. Sin embargo, la principal función del director es hacer que las tareas se cumplan y obtener un buen nivel de rendimiento, y delegar es la clave para conseguirlo.

LAS VENTAJAS DE DELEGAR TAREAS

Está claro que el principal beneficio que le aportará delegar tareas es que tendrá más tiempo para hacer otras cosas. Uno de los mayores problemas que manifiestan los directivos actuales consiste precisamente en la falta de tiempo, y no delegar contribuye decisivamente al problema. Por el contrario, un proceso de delegación bien planificado le dará más tiempo para centrarse en los asuntos clave que afronta el equipo o la organización, y le permitirá concentrarse en aquello que realmente aporta valor a la organización. Además de todo esto, su equilibrio entre la vida personal y el trabajo también se verá favorecido. La delegación de tareas también supone una ventaja para el equipo, puesto que sus colaboradores sentirán que confía en ellos, que son parte importante del equipo y que van a disponer de nuevos retos y oportunidades de demostrar de lo que son capaces, todo lo cual es una fuente inagotable de motivación. Eso sí, la delegación de tareas debe gestionarse bien, ya que, de lo contrario, puede entorpecer el trabajo y llegar a dañar la confianza del individuo.

CUÁNDO Y CÓMO DELEGAR

Una vez que haya tomado la decisión de delegar parte de su trabajo, debe revisar las actividades que tiene previstas a corto y medio plazo en su agenda para ver cuáles puede encargar a otras personas. Tenga en cuenta que es posible que no quiera delegar toda la tarea, sino solo parte de ella. Saber qué aspectos de un asunto se pueden delegar es ya un punto clave de saber delegar. Puede delegar tareas menores o administrativas, o, por el contrario, puede delegar grandes proyectos que ayuden a miembros concretos del equipo a formarse y ganar experiencia. Su labor consiste en decidir qué delega y en quién lo delega. Otra forma de delegar tareas consiste en no tratar de arreglar todos los problemas usted mismo; si algún miembro de su equipo se presenta con un problema, puede pedirle que proponga él mismo una solución o que identifique alternativas y que las defienda ante usted. Si lo hace así, no solo...