Diseñar sistemas a escala

Diseñar sistemas a escala Diseñar sistemas a escala
Business Review (Núm. 178) · Estrategia

Si se da una vuelta por Mission Pie, una cafetería de San Francisco famosa por sus productos de pastelería, el lugar le resultará muy familiar. Las cerca de diez mesas de madera que hay en el local, situadas muy cerca unas de otras, están ocupadas por clientes comiendo pasteles y tomando bebidas calientes. Algunas personas charlan, mientras otras leen periódicos que otros han dejado o consultan el correo electrónico en sus portátiles. Si cambiamos los pasteles por bagels, uno podría hallarse en cualquier otra cafetería de San Francisco. Sin embargo, quédese un rato por allí y las peculiaridades de Mission Pie resultarán evidentes.

En primer lugar, aproximadamente la mitad de las catorce personas que forman el personal de Mission Pie son jóvenes, muy jóvenes. Sin embargo, no son los habituales licenciados en Literatura o aspirantes a músicos que trabajan en alguno de los numerosos restaurantes de la ciudad. Son estudiantes o antiguos estudiantes de Mission High, un instituto público cercano del que el 68% de los chicos tienen derecho a almuerzos gratis o a un precio reducido. Karen Heisler, oriunda de San Francisco y propietaria de Mission Pie, paga generosamente a los chicos para que comprendan de dónde provienen los alimentos y el impacto que tienen sobre sus cuerpos, su vecindario y sobre el mundo en general.

Hay un sistema sorprendentemente complejo detrás de cada trozo de tarta rellena de crema de almendras o de cada pastel de frutos del bosque de Mission Pie. Mission Pie forma parte de un sistema más grande: Pie Ranch es una parcela de 27 acres situada a unos noventa minutos de la cafetería y sobre el histórico Steele Ranch. Recibe su nombre por la forma que presenta cuando se contempla desde la cima de una cordillera cercana y funciona como un centro educativo sin ánimo de lucro cuyo objetivo es animar a los jóvenes de la ciudad a que transformen su relación con la comida, y a que colaboren con sus comunidades en el desarrollo de sistemas alimentarios locales más sanos. Pie Ranch no sólo suministra a la cafetería las bayas, las calabazas y las manzanas, también acoge al personal de Mission High para que trabaje la tierra, observe cómo se realizan los cultivos y pruebe los alimentos frescos.

Tal como han descubierto tanto Mission Pie como Pie Ranch, la sencilla tarea de mostrar a la gente de dónde viene su comida y señalar el impacto de la agricultura industrializada in? uye en todos los retos que plantean los gr...