En muchas empresas, la conversación sobre salud mental ha pasado de los pasillos a los comités de dirección. Lo que antes se consideraba un asunto personal, hoy se revela como un factor estratégico para la sostenibilidad. En contextos de máxima presión, un mismo liderazgo puede convertirse en palanca de compromiso o en semilla de desgaste. La pregunta clave ya no es si debemos hablar de ello, sino cómo lograr que la exigencia y la competitividad convivan con el bienestar de las personas.
El impacto del liderazgo en la salud mental de los equipos de trabajo
CR
Carlos Royo
Business Review (Núm. 360) · Recursos humanos · Noviembre 2025
En la última década, la salud mental se ha convertido en un desafío estratégico de primer orden. Los datos son elocuentes. Según la OMS, una de cada seis personas ha experimentado algún trastorno de salud mental en España, que se sitúa entre los primeros países de Europa en consumo de benzodiacepinas. Además, las bajas vinculadas a problemas de salud mental se han duplicado en los últimos diez años, según el Observatorio de Seguridad y Salud en el Trabajo, y el 10 % de la población española padece algún trastorno relacionado con la ansiedad, según el Ministerio de Sanidad. A escala global, el Foro Económico Mundial señala que los trastornos emocionales comunes –como la ansiedad y la depresión– podrían generar costes de hasta seis billones de dólares en 2030, sobre todo por la pérdida de productividad y las repercusiones económicas derivadas.
Estos datos plantean algunas preguntas: ¿es sostenible una sociedad que mantiene niveles tan altos de presión psicológica mientras alarga la edad activa de las personas? ¿A qué se deben estos incrementos? ¿Realmente tenemos menos resiliencia que generaciones anteriores, o se trata de un mito? ¿Qué impacto directo tiene el liderazgo en la salud mental de las personas?
Este artículo plantea algunas ideas –y también nuevas incógnitas– sobre un asunto que ocupa cada vez más espacio en la agenda corporativa: cómo sostener el rendimiento de los equipos sin comprometer la salud mental de las personas.
Algunos factores que influyen en la salud mental laboral
Es conveniente observar algunos de los factores que están aumentando los problemas de salud mental en el entorno laboral. Desde la pérdida de propósito hasta la falta de vínculos sociales, pasando por la gestión del tiempo, la atención y el liderazgo, cada uno de ellos contribuye a configurar un panorama que exige reflexión y acción.
La falta de propósito
En sociedades dominadas por la prisa y la inmediatez, hemos perdido la capacidad de detenernos a reflexionar sobre qué esperamos de la vida y qué motiva realmente nuestras decisiones. La falta de un propósito claro genera desafección laboral y pérdida de motivación. Daniel H. Pink señala que la autonomía, la maestría y el propósito son pilares de la motivación sostenida1. Cuando estos elementos faltan, surge un vacío asociado a síntomas depresivos y a la percepción de falta de sentido en...
Carlos Royo
Profesor asociado del Departamento de Dirección de Personas y Organización en Esade Business School ·


