La oficina como herramienta estratégica para gestionar el talento

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La oficina como herramienta estratégica para gestionar el talento La oficina como herramienta estratégica para gestionar el talento

MC

María Calvo

Business Review (Núm. 360) · Recursos humanos

  

La oficina como herramienta estratégica para gestionar el talento

 

En las reuniones de los departamentos de recursos humanos de las empresas, sea cual sea su tamaño, uno de los temas centrales es cómo mantener un alto nivel de compromiso emocional en las plantillas y dar respuesta a las peticiones, cada vez más numerosas por parte de candidatos y empleados, de trabajar en empresas que prioricen su bienestar físico, emocional y social. El mercado laboral está inmerso en un cambio estructural promovido por la digitalización y las nuevas herramientas de IA, el impacto del trabajo híbrido en la captación de talento y un relevo generacional que está reformulando los valores que mueven a las personas a elegir una empresa frente a otra.

Los millennials y la generación Z, que ya representan casi la mitad de la fuerza laboral española, según los últimos datos del INE, valoran la calidad de vida profesional tanto como la nómina. Los trabajadores apuestan cada vez más por entornos laborales saludables frente a ofertas mejor pagadas que no prioricen el bienestar. Y las compañías están tomando buena nota de estas prioridades, porque las que no lo hacen se quedan atrás.

 

Un nuevo concepto de bienestar

Durante años, el bienestar corporativo se resumía en incluir beneficios como el seguro médico, fruta y comida saludable a libre disposición en la oficina o la oferta de gimnasio (dentro o fuera de las instalaciones de la compañía) para cuidar la salud física del empleado. Hoy ya no basta. La pandemia marcó un antes y un después, cuando los índices de ansiedad y el conocido burnout se dispararon, y fueron muchas las personas que empezaron a cuestionar su relación con el trabajo y cómo impacta este en sus vidas.

La salud mental es la gran precursora del bienestar laboral en las empresas españolas. Así lo revela el III Estudio sobre Planes de Bienestar en la Empresa Española, elaborado por el hub BienStart y Mi Empresa Es Saludable (MEES), que indica que el 62 % de las compañías ya ofrece programas de apoyo psicológico, frente al 41 % del año anterior. El bienestar ha dejado de ser una tendencia para convertirse en un elemento decisivo a la hora de atraer y fidelizar talento, reducir la rotación y mejorar la productividad.

Cuidar del bienestar de los empleados también implica repensar el entorno físico en el que trabajamos. Este cambio, cada vez más integrado en la cultura empresarial, ha devuelto protagonismo a la oficina. Tras meses de teletrabajo forzado por la crisis sanitaria, son muchas las empresas que han rediseñado sus sedes corporativas para fomentar el bienestar y estimular la creatividad. Porque una persona sana y feliz siempre va a ser más productiva. Zonas de colaboración abierta, cabinas de concentración, espacios diáfanos con luz natural o áreas donde las plantas tienen una función más allá de la meramente ornamental y se convierten en grandes aliadas para mejorar la calidad del aire, reducir el estrés y crear un ambiente más acogedor. Todos estos factores suman para transformar la oficina en un lugar al que apetece ir no solo por obligación, sino porque aporta todo el aprendizaje informal que el trabajo en remoto no puede ofrecer al empleado, además de sentirse integrado como parte de una comunidad, construir en equipo de una forma más fluida, transversal y efectiva, y crecer a través del intercambio y la puesta en valor del conocimiento adquirido.

 

Las oficinas gestionadas en auge

En esa búsqueda de entornos que cuiden de los equipos sin relegar la eficiencia empresarial, el modelo de oficinas gestionadas gana terreno. Sin los requisitos de inversión inicial que supone una oficina tradicional, y con un proceso ágil y sencillo, esta solución va más allá del alquiler tradicional, ofreciendo espacios “llave en mano” y eliminando las complicaciones que supone para las empresas gestionar el día a día de sus sedes.

Mobiliario, limpieza, tecnología, seguridad, mantenimiento… Todo está centralizado y tramitado por un solo proveedor, con el consiguiente ahorro de tiempo, burocracia innecesaria y costes operativos. Pero el verdadero valor de este modelo de oficinas va mucho más allá: liberar a las empresas de este tipo de tareas les permite concentrarse en sus objetivos y su equipo y enfocar sus recursos hacia lo que realmente importa, su negocio.

¿Qué sucede cuando el negocio despega o, por el contrario, necesita reducir su estructura? La respuesta ya no pasa por firmar contratos de alquiler eternos, ni por encajar a los equipos en metros cuadrados que o bien se quedan cortos, o bien sobran en cuanto cambia el ciclo.

La oficina gestionada se ha convertido en la solución natural de las empresas que se mueven al ritmo del mercado. Gracias a su modelo flexible y adaptable, la compañía puede ampliar o reducir superficie, redistribuir áreas de trabajo y habilitar nuevas zonas comunes casi con la misma agilidad con la que ajusta un presupuesto, todo ello sin sacrificar diseño, ni confort ni esa sensación de pertenencia que convierte el espacio físico en una extensión de la cultura corporativa.

Lejos de ser un freno operativo, la oficina se convierte en una herramienta estratégica más que acompaña en el día a día de forma fluida, sin mudanzas complejas, sin plazos eternos y sin inversiones desproporcionadas. Por eso cada vez más compañías, desde scaleups en expansión hasta grandes corporaciones, buscan soluciones que les permitan redimensionar sus espacios según la evolución real del negocio, sin perder calidad, ni eficiencia ni la conexión emocional con sus equipos.

Porque cuando una empresa cambia, su oficina también debería estar preparada para acompañarla, evolucionar con ella y adaptarse a sus necesidades. Y ese es uno de los grandes valores que aportan las oficinas gestionadas.

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María Calvo

Directora de OneNext ·