En primera persona: Sergio Martínez Campos

En Primera Persona

En primera persona: Sergio Martínez Campos En primera persona: Sergio Martínez Campos

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Harvard Deusto

Business Review (Núm. 360) · Estrategia
En primera persona: Sergio Martínez Campos

 

Sergio Martínez Campos lidera la hoy renacida Hispano Suiza, una de las marcas más emblemáticas de la automoción mundial. Propiedad de la familia Suqué Mateu desde sus orígenes, la compañía retomó su actividad en 2019, cuando, por azar o no, la historia se repitió.

Del mismo modo que en 1904 un audaz empresario y un brillante ingeniero sumaron fuerzas para crear un proyecto icónico, en 2017, Martínez Campos y el destacado ingeniero Juan Fernández visitaron a Miguel Suqué Mateu y, juntos, decidieron que la cigüeña debía emprender su vuelo de nuevo. Desde entonces, Martínez Campos está al frente de una firma que combina lujo, artesanía, diseño y una tecnología sin precedentes en un vehículo made in Spain.

Hispano Suiza es hoy la joya más exclusiva de la automoción española. Con su renacimiento, apostaron por unos ejemplares a imagen y semejanza de aquellos Hispano Suiza de antaño. En solo seis años, han lanzado tres modelos de su hiperdeportivo: Carmen, Carmen Boulogne y Carmen Sagrera. Unos modelos que superan los 1.000 CV de potencia y que trasladan al asfalto una tecnología desarrollada en circuito, capaz de medirse con coches de las más altas prestaciones y de competición, hasta el punto de poder mirarse cara a cara con un Fórmula 1 en el Circuit de Barcelona-Catalunya.

Precisamente en este emplazamiento dispone la marca de unos boxes privados –su centro de innovación y diseño–, donde reciben a clientes, socios y entusiastas, ofreciendo experiencias únicas y personalizadas.

 

Cuidar de un legado más de un siglo después

“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”: esta célebre cita, aparentemente sacada de un cómic, aparece de forma espontánea en nuestra conversación, y podría definir a la perfección la labor de Sergio Martínez Campos al frente de Hispano Suiza.

Eso fue lo primero que le vino a la cabeza cuando aceptó la propuesta de Suqué Mateu de liderar el resurgimiento de la marca en 2019. Aunque las generaciones más jóvenes puedan desconocerla, conviene recordar que Hispano Suiza compitió en su día de tú a tú con marcas como Rolls-Royce en los albores de la industria de la automoción.

Sus vehículos fueron elegidos por aristócratas y celebridades –desde Coco Chanel hasta Pablo Picasso o Albert Einstein–, y eran reconocidos por su fiabilidad, lujo y estatus. Uno de sus grandes embajadores fue el rey Alfonso XIII, que incluso dio nombre a un modelo y contribuyó a impulsar la visibilidad de la marca dentro y fuera de España.

“A pesar del paso del tiempo, Hispano Suiza sigue siendo Hispano Suiza. No tenemos que reinventar nada, tenemos que seguir escribiendo nuestra historia”, afirma su consejero delegado. “Tras cuatro generaciones, la familia Suqué sigue siendo la propietaria de la marca, y como aquellos primeros ejemplares que salieron de la fábrica del barrio de la Sagrera de Barcelona, nuestros coches se siguen diseñando y produciendo en España, y la artesanía, la autenticidad y la exclusividad forman parte de nuestro ADN”.

Y es que, quien se detiene a admirar un Hispano Suiza descubre reminiscencias de modelos que marcaron época y guiños al legado de la compañía. Nada en ellos es casual. “Aunque nuestro equipo de diseño partió de un folio en blanco para crear los Carmen, Carmen Boulogne y Carmen Sagrera, siempre establecimos la premisa de que cualquiera, al verlos, debía identificarlos de inmediato como un Hispano Suiza”.

El Carmen, por ejemplo, mantiene una clara conexión con el Xenia Dubonnet de 1938. A pesar de los 81 años que los separan, comparten elementos como los pasos de rueda, la parte posterior y la línea de cintura. Pero el legado va más allá del diseño: su nombre rinde homenaje a Carmen Mateu, madre de Miguel Suqué Mateu, presidenta de la marca entre 1972 y 2000. Y lo firma la icónica cigüeña, símbolo reconocible en los Hispano Suiza junto con las banderas española y suiza.

Para Martínez Campos, el estatus de marca histórica es fruto del esfuerzo incansable de la familia Suqué Mateu: “No estaríamos donde estamos sin el compromiso adquirido por toda la familia desde el día de la fundación en 1904. Lo fácil habría sido rendirse, pero nunca lo hicimos. Ni en sus inicios, ni en 2019. Cuando nadie lo esperaba, la cigüeña volvió a levantar el vuelo”.

 

El placer de pertenecer a algo único

En Hispano Suiza, la experiencia de cliente trasciende la adquisición de un vehículo: es la entrada a un universo reservado a muy pocos. La compañía ha concebido un proceso exclusivo que convierte la compra en un viaje personal e irrepetible, donde cada detalle está diseñado para que el propietario sienta que forma parte de algo excepcional.

“Nuestros coches se producen en ediciones limitadas y ofrecemos posibilidades de configuración y personalización únicas, lo cual convierte a cada vehículo en una pieza irrepetible. Queremos que el propietario de un Hispano Suiza se sienta parte de nuestra historia y de nuestra familia, que cada vez que se ponga al volante de uno de nuestros ejemplares conduzca sus sueños hacia nuevos horizontes”, explica Martínez Campos.

Desde el primer contacto, el cliente pasa a ser protagonista de la historia de la marca, con acceso directo al equipo directivo y de diseño –liderado por Francesc Arenas– de Hispano Suiza, para desarrollar codo con codo su hiperdeportivo. Y, en paralelo, configurando en pista hasta el último detalle del estilo de conducción, bajo la tutela del expiloto de F1 Luis Pérez Sala. Más adelante, el nuevo propietario podrá adentrarse en los orígenes de la familia Suqué Mateu en Peralada (Gerona), donde disfrutará de una experiencia cultural y gastronómica del más alto nivel.

El posicionamiento de Hispano Suiza conlleva una diferenciación clara respecto a cualquier otro fabricante, y esa es la filosofía del lujo que defiende Martínez Campos: “Desde coches que incorporan tecnología más propia de la competición y una artesanía minuciosa hasta la manera en que nos presentamos al mundo, participando en eventos internacionales como el Festival de la Velocidad de Goodwood, Salón Privé o Pebble Beach, demostramos cada día que no somos un simple fabricante de automóviles; representamos el legado de una marca de lujo que superó barreras, que demostró que los sueños son alcanzables y que los coches pueden ser auténticas obras de arte, diseñadas por ingenieros y visionarios de la excelencia”.

La belleza atemporal de Hispano Suiza quedó reflejada recientemente en Pebble Beach, la meca de la automoción en Estados Unidos, donde este pasado agosto un Hispano Suiza H6C Nieuport-Astra Torpedo de 1924 recibió el premio Best of Show en su concurso de elegancia.

121 años después, aquellos modelos y los que hoy coexisten con ellos siguen marcando una historia de excelencia en la automoción.

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