En un entorno cada vez más volátil y competitivo, los planes de formación de las empresas no pueden limitarse a ampliar los conocimientos técnicos de sus empleados, sino que deben abordar una profunda transformación de su mentalidad.
Entrenar la mente para el alto rendimiento: la clave para liderar en la era de la IA
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Acktitude
Business Review (Núm. 359) · Recursos humanos · Octubre 2025
En un mundo empresarial en constante cambio, la capacidad de adaptación de los equipos ya no es un lujo, sino un requisito imprescindible. La pandemia global, la disrupción tecnológica sin precedentes, la irrupción masiva de la inteligencia artificial y las sucesivas crisis económicas han dibujado un escenario donde el liderazgo tradicional ya no basta. Hoy, los líderes deben ser faros de resiliencia, entrenadores del potencial humano y agentes de transformación capaces de guiar a sus equipos a través de la volatilidad.
Esta es la pregunta que se hacen muchas compañías: ¿cómo se forma a estos líderes y cómo se alcanza un rendimiento sostenible en un entorno tan exigente? La respuesta está cada vez menos en las formaciones clásicas que solo imparten conocimientos teóricos y más en programas de transformación profunda que trabajan no solo el conocimiento técnico, sino también la mentalidad.
La formación de profesionales ha evolucionado de manera radical en la última década. El verdadero reto para las organizaciones es desarrollar una mentalidad de crecimiento, resiliencia y adaptabilidad en sus colaboradores. Las empresas se enfrentan al desafío de ir más allá del coaching individual y los talleres puntuales, buscando programas que generen un impacto duradero y medible en la mentalidad de sus equipos.
Como explica Lluís Soldevila, CEO de Acktitude, “en un entorno de cambio acelerado, el éxito no vendrá de saber hacer, sino de la capacidad de reinventarse constantemente y pensar de forma digital y humana al mismo tiempo”. En esta nueva era, las habilidades puramente técnicas y la memorización de datos serán reemplazadas progresivamente por la tecnología y la inteligencia artificial. Sin embargo, “la mentalidad y la actitud seguirán siendo insustituibles”. Este enfoque revolucionario pone a la persona en el centro de la ecuación, entendiendo que el cambio individual puede convertirse en el motor de transformación de toda una organización.
Moonshoters: los agentes de cambio internos
En este contexto, Acktitude ha desarrollado el Moonshot Program, una metodología de 100 días diseñada para crear agentes de cambio internos capaces de llevar la transformación al corazón de la empresa. La fuerza de este programa reside en su diseño: no es una formación genérica, sino que se cocrea con el área de personas y la dirección de cada cliente para responder a retos específicos. Su poder reside en la personalización radical.
El corazón del programa reside en la identificación de 20 moonshooters: profesionales de cualquier área que demuestran un potencial extraordinario para liderar un cambio cultural. Estos perfiles no tienen por qué ocupar posiciones directivas o de gestión; su valor reside en la energía, la influencia y la visión necesarias para impulsar una transformación transversal en todos los niveles de la organización. La selección de los moonshooters se realiza de forma conjunta con la empresa, permitiendo enfocar el impacto en áreas específicas o que este se extienda a lo largo de toda la organización.
Durante 15 semanas, los moonshooters participan en un itinerario intensivo que combina distintas palancas de aprendizaje para asegurar un cambio profundo y duradero:
• Sesiones motivacionales. Diseñadas para inspirar y reforzar el compromiso de los participantes desde el primer día.
• Píldoras de contenido digital. Permiten a los participantes interiorizar conceptos clave en cápsulas ágiles. Este formato hace posible un aprendizaje continuo sin interrumpir la labor diaria de los profesionales.
• Talleres presenciales de alto impacto. Enfocados en la práctica, la interacción y la aplicación de los conceptos en situaciones reales. Estos talleres fomentan la colaboración y la cocreación de soluciones.
• Sesiones individuales de coaching. Cada participante trabaja su propio plan de transformación personal y profesional de la mano de un coach experto. Es en este espacio de reflexión individual donde se desarman las creencias limitantes y se descubren nuevas formas de pensar.
El programa culmina con un proyecto final, diseñado y desarrollado por cada moonshooter, que aplica los aprendizajes a una necesidad concreta de su área o de la organización. De esta forma, la teoría se traduce en acción tangible y medible, garantizando que la inversión se vea reflejada en resultados claros.
Cromosomas: la cocreación del ADN de alto rendimiento para cada cliente
El Moonshot Program es una metodología eficiente, pero su verdadera fuerza radica en la personalización absoluta. Durante los 100 días, los moonshooters no se limitan a interiorizar habilidades genéricas, sino que, junto con la alta dirección y el departamento de personas de cada organización, se definen los 10 "cromosomas" específicos que reflejan la esencia y los retos únicos de esa empresa. En otras palabras, no se imponen valores desde fuera, sino que se cocrean los cromosomas que la compañía necesita para su propio ADN de alto rendimiento.
Pero ¿qué es un cromosoma? Es un pilar fundamental de la cultura interna que la empresa desea fortalecer y desarrollar para alcanzar el alto rendimiento. Estos cromosomas son el núcleo del programa, ya que cada contenido, taller y tarea está directamente vinculado a uno de ellos. Esto asegura que cada paso tenga un propósito claro y esté perfectamente alineado con los objetivos estratégicos y la identidad cultural de la compañía.
Es crucial entender que estos cromosomas son siempre únicos y se trabajan de forma exclusiva con cada cliente. Los siguientes son solo un ejemplo ilustrativo de cromosomas que Acktitude ha desarrollado en el pasado con algunas empresas:
• Agilidad. La capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios, pivotar en la toma de decisiones y operar con flexibilidad para aprovechar nuevas oportunidades. Se entrena la mentalidad que permite la experimentación y la mejora continua.
• Pertenencia. Fomentar un sentido profundo de conexión y aceptación entre los miembros del equipo, creando un entorno inclusivo donde todos se sienten valorados y parte integral del éxito colectivo.
• Autoconocimiento. Desarrollar la introspección y la comprensión de las propias fortalezas, debilidades, valores y motivaciones, lo cual es fundamental para un liderazgo auténtico y una gestión emocional efectiva.
• Responsabilidad. Inculcar una mentalidad de responsabilidad total sobre las tareas y los proyectos, donde cada individuo se siente dueño de sus resultados y busca soluciones de forma proactiva.
• Creatividad. Estimular el pensamiento lateral y la generación de ideas innovadoras, promoviendo un ambiente donde se valora la experimentación y la búsqueda de nuevas perspectivas para resolver problemas.
• Proactividad. La habilidad de anticipar problemas, tomar la iniciativa y actuar antes de que las situaciones se conviertan en crisis, demostrando un compromiso activo con el progreso y la eficiencia.
• Asertividad. Fortalecer la capacidad de expresar opiniones, necesidades y límites de manera clara, respetuosa y efectiva, promoviendo una comunicación honesta y constructiva.
• Motivación. Mantener y contagiar el entusiasmo y el impulso hacia los objetivos, incluso frente a los desafíos, entendiendo qué impulsa a cada individuo y al equipo en su conjunto.
• Comunicación. Optimizar la habilidad de transmitir información de forma clara, concisa y persuasiva, tanto de manera verbal como escrita, garantizando que los mensajes sean comprendidos y generen acción.
• Equipo. Cultivar la colaboración efectiva, la interdependencia positiva y las sinergias entre los miembros del equipo, reconociendo que el éxito colectivo supera los logros individuales.
Esta profunda personalización hace que el programa pase de suponer una simple formación a convertirse en una verdadera transformación, asegurando que los líderes y equipos no solo aprendan, sino que integren y vivan los valores que impulsan a la empresa hacia sus metas.
El verdadero impacto: del individuo al colectivo
A diferencia de otros programas de formación, el Moonshot Program mide su éxito a través de indicadores claros, como el porcentaje de participantes transformados y el número de colaboradores impactados por cada uno de ellos. Es decir, no se trata solo de lo que logran los 20 elegidos, sino del efecto dominó que generan en sus equipos. Como explica Soldevila: “El gran valor del programa es que consigue que el cambio no se quede en una élite de directivos, sino que se expanda hacia toda la organización”.
La metáfora que utiliza el propio Soldevila para ilustrarlo es la del entrenamiento físico: “Un equipo que entrena solo la técnica nunca ganará a uno que, además, entrena la mente. La mentalidad es el músculo invisible que sostiene la competitividad a largo plazo”.
El impacto transformador se refleja en casos reales. Pilar Bello, Learning & Development Manager en GFT, ha llevado a cabo hasta cinco ediciones del Moonshot Program en su empresa: “Hemos visto cómo mánagers de distintas áreas se han convertido en verdaderos catalizadores de cambio. Hoy son capaces de liderar con empatía, adaptarse con rapidez y contagiar esa energía a sus equipos. La diferencia se nota en la motivación diaria y en la capacidad de innovar frente a los retos del sector”.
Mercè Rius, una de las sherpas (así llaman a los mentores/coaches) que acompañó a los participantes de estas ediciones, recuerda el caso de un profesional del sector tecnológico que al inicio se describía como alguien con una gran gestión del tiempo. Sin embargo, “a medida que avanzábamos, fue dándose cuenta de que convivía con creencias limitantes que le frenaban. Juntos trabajamos en replantear su relación con el error, desarrollar una comunicación más impactante y descubrir su capacidad de inspirar a su equipo. La transformación fue tan profunda que él mismo confesó que incluso su familia percibía una diferencia enorme en su manera de relacionarse”.
Estos resultados son medibles. Acktitude ha comprobado que formar a 20 moonshooters genera un efecto multiplicador que impacta en unos 500 miembros de la organización. Es decir, no solo se transforma a los 20 elegidos, sino que ese cambio se expande a cientos de personas.
La ciencia detrás del alto rendimiento
El Moonshot Program no es únicamente motivación e inspiración; está sólidamente fundamentado en la investigación de la psicología positiva, la neurociencia y la gestión del cambio. Acktitude combina marcos conceptuales probados con técnicas prácticas de entrenamiento mental, todo ello respaldado por una profunda experiencia.
La metodología del programa se nutre directamente de la vasta trayectoria de Lluís Soldevila, ingeniero superior en Informática, CEO de Acktitude y una figura de referencia en el ámbito del liderazgo y el alto rendimiento. Soldevila es autor de cuatro libros que profundizan en las claves del liderazgo y del alto rendimiento, compartiendo sus conocimientos con una audiencia global. Su experiencia académica incluye 26 años como profesor en Esade, una de las escuelas de negocios más prestigiosas del mundo, donde ha formado a generaciones de líderes empresariales. Además, cuenta con más de quince años como mentor y conferenciante internacional, habiendo inspirado a más de trescientas mil personas de todo el mundo.
“Al final, se trata de entrenar la mente igual que entrenamos un músculo en el gimnasio”, subraya Soldevila desde su sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). “Si la entrenas con método y constancia, se convierte en tu mayor ventaja competitiva”. Este enfoque científico, combinado con un diseño experiencial y la autoridad de una trayectoria consolidada, convierte el Moonshot Program, más que en un curso tradicional, en un viaje transformador.
La inteligencia artificial, la automatización y los nuevos modelos de negocio exigen líderes humanos capaces de tomar decisiones éticas, gestionar emociones y conectar con las personas. De hecho, como apunta Soldevila, “el siglo XXI nos obliga a entrenar aquello que las máquinas no pueden hacer: la empatía, la creatividad, la resiliencia, la actitud”. Y añade: “Si conseguimos que los equipos sean expertos en lo humano, la tecnología será un aliado y no una amenaza”.
Conclusión: construir el futuro desde la mentalidad
El Moonshot Program se basa en una convicción clara: la transformación empresarial comienza por la transformación individual. Al empoderar a líderes y colaboradores para entrenar su mente, las compañías no solo se preparan para el futuro, sino que lo construyen activamente.
En la nueva era de la competitividad, el mayor diferencial no será la tecnología ni los recursos financieros, sino la capacidad de los equipos para aprender, adaptarse e innovar de manera constante. Y esa capacidad se entrena. Porque el futuro pertenece a quienes se atreven a hacer de su mente su mayor activo.