La internacionalización de la PYME

La internacionalización de la PYME La internacionalización de la PYME

JM

José Manuel Garaña

Business Review (Núm. 258) · Estrategia
Business & Technology (Núm. 36) · Estrategia

Uno de los aspectos clave a la hora de desarrollar una estrategia de exportación es saber a qué mercado dirigirse. No debería ser el mercado, en primera instancia, el que condicionara la mejor opción, sino el producto o servicio y la adaptación de este al perfil global del consumidor potencial internacional.

Aquí se propone un nuevo conjunto de factores críticos para la correcta elección de los mercados exteriores cuando una pyme decide iniciar una estrategia global de expansión internacional.

Desde el comienzo de la crisis en el año 2008, y especialmente en el período comprendido entre los años 2011 y 2015, el incremento de los procesos de internacionalización de la empresa española en general y de la pyme en particular ha sido constante. Además, las pymes que han acometido o profundizado en su estrategia internacional, no solo han resistido de forma más sólida los efectos de la difícil situación económica, sino que, en muchos casos, han podido encarar el futuro sin tanta dependencia del mercado local.

Beneficios de la internacionalización

Los beneficios que genera la internacionalización de la actividad empresarial para la pequeña y mediana empresa son notables. Además de acometer de forma inmediata profundos cambios estructurales, de reducción de costes, refinanciación de condiciones o revisión de procesos productivos, la exportación activa de productos y servicios a mercados exteriores se ha convertido en una alternativa válida para continuar con la actividad de la empresa.

El desarrollo de una política comercial internacional constituye, por tanto, una actividad suplementaria de ingresos por la incorporación de nuevos clientes, evitando al mismo tiempo la amenaza de la saturación del mercado local. Actúa como alternativa válida ante la entrada de nuevos competidores en el mercado de origen o ante los cambios económicos, políticos y sociales que afectan a un mercado determinado. Pero no solo presenta una ventaja en términos comerciales y financieros directos, sino que aporta un claro beneficio en cuanto a la evolución y consolidación empresarial que la pyme internacional necesita para competir en mercados exteriores.

El incremento de la investigación, el desarrollo y la innovación en productos y procesos constituye un efecto derivado de la necesidad de aumentar la competitividad de la empresa. Solo así se puede diversificar el portafolio de productos o servicios, afianzar nuevos procesos organizativos y logísticos y reforzar la gestión del capital humano y el liderazgo en las organizaciones.  Las empresas internacionalizadas son también las más competitivas y evolucionadas, tanto a nivel productivo como de sistemas de gestión y procesos organizativos.

En la figura 1 se reflejan las ventajas que genera la actividad internacional para la pyme en sus dos vertientes complementarias: por un lado, los beneficios comerciales directos, y, por otro, los beneficios ...


José Manuel Garaña

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Profesor titular del Máster en Dirección de Comercio Internacional. Dirección y gestión internacional en el ESIC Business & Marketing School.