La mejor defensa (de la compentecia), un buen ataque

La mejor defensa (de la compentecia), un buen ataque La mejor defensa (de la compentecia), un buen ataque

JD

Juan Delgado

Business Review (Núm. 227) · Estrategia

Son muchas las empresas que cuentan con proveedores sancionados por las autoridades de la competencia por llegar a acuerdos de precios con sus competidores o que, sin haber llegado a ser sancionados, participan de una forma u otra en acuerdos de este tipo. Los acuerdos de precios entre competidores o el reparto de mercado, ambas prácticas conocidas como "cárteles", provocan mayores costes de aprovisionamiento para las empresas. De forma creciente en Europa, se ha abierto la posibilidad de recuperar este sobrecoste. Por ejemplo,varias cadenas británicas de tiendas y supermercados han solicitado a Mastercard las comisiones pagadas de más en el pasado, después de una decisión de la Comisión Europea que rebajaba sustancialmente las mismas. Incluso la propia Comisión Europea ha reclamado el sobreprecio que ella misma pagó a los fabricantes de ascensores, a los que sancionó por su participación en un cártel, por los ascensores y escaleras mecánicas instalados en sus sedes.

La posibilidad de reclamar los daños derivados de prácticas anticompetitivas permite no sólo la recuperación de sobrecostes pagados por insumos cartelizados, sino que también puede actuar como elemento disciplinador de los proveedores, que, ante la posibilidad de una reclamación de daños, evitarán participar en acuerdos anticompetitivos. Además, la posibilidad de reclamar daños dota a la empresa de un mayor poder de negociación ante proveedores cartelizados, y le permite la renegociación de contratos futuros en mejores condiciones.

Este artículo desarrolla estrategias para las empresas con el objetivo de identificar insumos que han sido objeto de acuerdos de precios o cárteles y evaluar la cuantía de los mismos, con el fin de plantearse su posible reclamación.

El 2 de febrero de 2007, la Comisión Europea sancionó con 992 millones de euros a los grupos industriales Otis, KONE, Schindler y ThyssenKrupp por llegar a acuerdos anticompetitivos (o formar un cártel) en la venta, instalación, mantenimiento y modernización de ascensores y escaleras mecánicas en Bélgica, Alemania, Luxemburgo y Holanda. El volumen de facturación de los mercados afectados por el cártel ascendía a cerca de mil quinientos millones de euros anuales. Según la decisión de la Comisión Europea, entre 1995 y 2004, los sancionados habían acordado repartirse proyectos y clientes de forma que no compitieran entre ellos. Los participantes en el cártel se reunían de forma regular en bares y resta...