Los seis estilos de dirección de personas

Los seis estilos de dirección de personas Los seis estilos de dirección de personas

La forma de actuar del líder incide directamente en los resultados del equipo, por lo que el estilo de dirección tiene mucha importancia a la hora de mejorar el rendimiento general. Cada persona rendirá mejor bajo un estilo concreto, por lo que resulta interesante conocerlos y tratar de manejarlos indistintamente.

Obtener lo mejor de sus colaboradores no es tarea fácil, precisamente porque cada uno de ellos es diferente y responde a distintos estímulos y motivaciones. Además, casi todos los directores tienen una forma propia de actuar que puede resultar más adecuada para unos que para otros, por lo que nunca está de más analizar el estilo propio de dirección para saber a quién beneficia más. Una vez que haya identificado su estilo, puede intentar aprender y desarrollar los demás; si es capaz de aplicar el estilo más apropiado con cada persona o en cada situación concreta, podrá extraer de su equipo el máximo potencial.

 

1. EL ESTILO AUTORITARIO

Este estilo debe ser utilizado con mucho cuidado y se recomienda solo para crisis serias; por ejemplo, cuando los resultados de la empresa son muy negativos o hay problemas con empleados difíciles. Cuando se utiliza este estilo, se busca que las órdenes sean cumplidas de inmediato y estrictamente, sin discusión. Para dirigir según este estilo, el líder debe tener un buen control sobre sí mismo y saber dominar sus sentimientos destructivos. El peligro es que se creará un ambiente absolutamente negativo para la creatividad, al tiempo que las ideas e informaciones nuevas tardarán mucho en llegar a los niveles superiores o no llegarán nunca.

 

2. EL ESTILO AUTORITATIVO

Esta forma de dirigir resulta la más indicada cuando, en ausencia de referencias, se necesita una nueva orientación o hay que hacer realidad una nueva visión. Con este estilo, se alienta a los profesionales a sentirse como factores clave para el éxito de la empresa y a ver las cosas desde el punto de vista de los clientes.

Se establecen objetivos –que pueden consistir, por ejemplo, en un aumento de ventas–, pero se da a las personas mucha libertad de acción para alcanzarlos. Sin embargo, hay que tener siempre presente que la nueva visión no puede en ningún caso ser impuesta simplemente "por decreto".

 

3. EL ESTILO AFILIATIVO

Este estilo está orientado a los profesionales y viene determinado por el deseo de armonía. Favorece el intercambio libre de ideas y todos disfrutan de una realimentación positiva. En equipos en los que impera esta forma de relación, es muy normal que el jefe invite habitualmente al equipo a comer o a reuniones informales en las que no se traten...