Metaconocimiento: una herramienta para el futuro a través de los retratos
Exclusivo Web
Business Review (Núm. 337) · Estrategia · Octubre 2023
El metaconocimiento es la capacidad de reflexionar sobre nuestro propio conocimiento y nuestros procesos cognitivos. Esta habilidad es fundamental para aprender de manera efectiva y para mejorar continuamente nuestra capacidad de aprendizaje.
Para conocerse mejor hay que partir de la base de que no nos conocemos del todo. De lo contrario, difícilmente habrá una motivación de búsqueda.
El metaconocimiento tiene sus raíces en la psicología humana y en el desafío de desaprender lo aprendido. Y tiene mucho que ver, también, con el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y con cómo mantenernos competitivos como seres humanos. Según una investigación reciente (1), se ha demostrado que los seres humanos son menos eficaces que los sistemas de IA en lo que respecta a la delegación de tareas porque las personas tienen dificultades para evaluar con precisión sus propias habilidades.
¿Cómo trabajar el autoconocimiento? La visualización creativa
Hay varias metodologías para trabajar el autoconocimiento y para desarrollar una mayor conciencia de nosotros mismos y de nuestro entorno: la terapia, la meditación, escribir un diario personal, los tests de personalidad, el feedback de terceros, la psicología positiva, el coaching personal, el análisis de sueños…
Por ejemplo, el análisis de sueños puede ayudarnos a explorar nuestros pensamientos y nuestra visualización creativa. Y esta última puede ayudarnos a explorar nuestros deseos y objetivos y a desarrollar una mayor comprensión de nosotros mismos y de lo que queremos lograr en la vida.
Dentro de la visualización creativa, se ha desarrollado una nueva metodología que emplea fotos y vídeos como valiosas herramientas para desarrollar el metaconocimiento. Todos tenemos un registro emocional auténtico y otro en el que, inconscientemente, usamos “máscaras”. Estas “máscaras” muestran algo diferente a lo que realmente sentimos, de manera que, a la hora de llevar a cabo un proyecto personal o profesional, podemos sentir ilusión y seguridad, pero estar proyectando “hacia fuera” duda y fragilidad.
Las fotos y los vídeos permiten vernos y analizar nuestras acciones y procesos mentales desde una perspectiva diferente. Podemos tomar una foto o grabar un vídeo de nosotros mismos mientras estamos estudiando o resolviendo un problema. Luego, analizar esas imágenes para identificar las fortalezas y debilidades de nuestro enfoque y de nuestra estrategia de resolución de problemas.
Al ver las imágenes, podemos preguntarnos: ¿Estoy enfocándome demasiado en los detalles y perdiendo de vista el panorama general? ¿Estoy subestimando la importancia de ciertos detalles? ¿Estoy perdiendo tiempo en actividades poco importantes? ¿Estoy trabajando demasiado rápido o demasiado lento? ¿Estoy proyectando realmente lo que quiero?
Las respuestas a estas preguntas pueden ayudarnos a identificar áreas de mejora en nuestra forma de aprender y de resolver problemas. Por ejemplo, si descubrimos que estamos enfocándonos demasiado en los detalles y perdiendo de vista el panorama general, podemos optar por hacer descansos y dar un paso atrás para ver el problema en su totalidad. Así, las fotografías y vídeos se convierten en herramientas valiosas para desarrollar la habilidad de metaconocimiento.
Una nueva forma de retratar el desempeño
Imagina tener a un fotógrafo profesional que no solo capta imágenes, sino que también te acompaña durante todo el proceso de autoconocimiento… Grandes empresas multinacionales ya han utilizado esta técnica con sus equipos directivos y los resultados han sido impresionantes. Al reflexionar sobre sus propias acciones y procesos cognitivos, estos ejecutivos han podido obtener una comprensión más profunda de sus fortalezas y debilidades como aprendices y solucionadores de problemas.
Esto es lo que empresas como L’Oréal, en París, o Puig, en Barcelona, han experimentado contando con un fotógrafo que ha acompañado a sus comités de dirección para ser conscientes de la imagen que proyectan, potenciar su autenticidad y generar una mayor confianza. Así, a través de una nueva metodología en la forma de retratar, denominada Lightworkers, se puede tomar conciencia de lo auténticos que somos.
Lightworkers se basa en dos conceptos:
- La autenticidad. Implica mostrarnos tal y como somos. Buscamos la autenticidad porque ahí encontramos una verdadera conexión con nosotros mismos y generamos confianza hacia los demás. Una confianza intuitiva y corporal. Pero, antes, debemos conocernos y aceptarnos; por ello, el segundo eje de lightworkers es desaprender.
- Desaprender. En el ámbito del crecimiento personal, tan importante como aprender es desaprender. Consiste en liberarse de patrones, creencias y convicciones, para explorar nuevas formas de hacer las cosas. A veces, necesitamos desaprender para seguir nuevos caminos, ya que lo que hemos aprendido puede obstaculizar nuestro desarrollo y llevarnos a callejones sin salida.
Un ejemplo real es el de una líder que gestiona más de dos mil colaboradores en una multinacional y que buscaba mostrarse más humana y menos firme, fría y distante, que es lo que solía parecer. El fuerte patriarcado de esa multinacional le había llevado a colocarse esa “máscara” para ser respetada como mujer y jefa. Al desaprender automatismos, ha podido conectar con su ternura y mostrar algo auténtico suyo y que necesitaba mostrar a sus equipos.
Este proceso de desaprender requiere valentía y coraje. No todas las personas son buscadoras de sí mismas, y eso está bien. Las que sí buscan saben que el camino hacia la autenticidad es largo, difícil y solitario, pero que cada descubrimiento nos hace sentir más libres, más vivos y da sentido a nuestras vidas.
En el mundo empresarial actual, muchos directivos lideran proyectos ambiciosos y necesitan generar confianza en sus equipos siendo auténticos en su liderazgo. A menudo, no saben cuándo y cómo revelar su autenticidad. La coherencia o incoherencia entre lo que sentimos y expresamos refleja nuestra autenticidad o nuestra dificultad para mostrarnos.
Para llevar a cabo el proceso, se propone una metodología en tres etapas: crear un espacio seguro, estar presente y co-crear imágenes. Se emplean técnicas de conexión cuerpo-mente y visualizaciones creativas. Estas visualizaciones permiten explorar emociones y sensaciones, recordar momentos o imaginar encuentros con diferentes personas. Al final de la visualización, se captura una imagen que refleje lo proyectado externamente. Esta práctica ayuda a expresar lo que no se ve en las propias expresiones faciales y a descubrir sorpresas en la imagen capturada. En última instancia, este enfoque promueve el autoconocimiento y la confianza, acercándonos a nuestro ser auténtico.
REFERENCIAS
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1. Fügener, A., Grahl, J., Gupta, A. y Kettera, W. Cognitive Challenges in Human–Artificial Intelligence Collaboration: Investigating the Path Toward Productive Delegation, 2022.
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Information Systems Research, Vol. 33, No. 2, junio de 2022.
Giulio Toscani
Investigador de Human-Computer Interactions en Universitat Pompeu Fabra y NUCB Japón ·
Ingeniero químico de formación, exabogado de patentes por distracción o pura curiosidad, y profesor por vocación inevitable, Toscani combina estos oficios con un doctorado en el KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo, desde donde empezó a mirar el mundo con lentes aún más inquietas. Lleva más de dos décadas moviéndose con soltura entre la academia, la empresa y los entresijos del sector público. Fue profesor adjunto en Esade Business School y hoy reparte su tiempo entre Barcelona, donde enseña en la Universitat Pompeu Fabra, y Nagoya, donde imparte clases en la NUCB Business School. A veces se le puede encontrar en São Paulo, Milán, Shanghai, Moscú o Teherán, impartiendo clases o debatiendo sobre el futuro digital del planeta.
Consejero y socio en proyectos de innovación en Singapur y España, ha acompañado a gigantes como Telefónica, General Electric, Nike o PwC en sus metamorfosis digitales. Sus cursos y conferencias giran en torno a la inteligencia artificial generativa, la innovación disruptiva y el emprendimiento digital, pero lo hace con una mezcla de rigor y humor que lo distancia de los habituales profetas tecnológicos.
Fuera de las aulas, Toscani cambia los algoritmos por montañas: es corredor de ultratrail, profesor de yoga y ciclista errante. Ha atravesado en solitario Mongolia y el Sudeste asiático, convencido de que el viaje, como la tecnología, solo tiene sentido si transforma a quien lo emprende. Su interés por la intersección entre la emoción humana, la estrategia y la inteligencia artificial le ha dado una perspectiva poco común en el vertiginoso mundo digital: la de quien observa el futuro sin perder del todo la sonrisa.
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Antoine Passerat
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