Tres razones por las que su estrategia podría fracasar

Tres razones por las que su estrategia podría fracasar Tres razones por las que su estrategia podría fracasar

CM

Costas Markides

Business Review (Núm. 302) · Estrategia

Ha desarrollado una estrategia y la ha comunicado a sus empleados, pero parece que no la entienden. Esto es lo que puede hacer al respecto

Un estudio académico reciente afirma que, incluso en empresas de alto rendimiento con estrategias claramente articuladas, solo el 29% de los empleados encuestados sabía cuál es la estrategia de su compañía. Este no es un hallazgo aislado, puesto que, encuesta tras encuesta, se demuestra que los trabajadores parecen estar a oscuras en lo que se refiere a la estrategia de su organización. Y todo ello pese a que el equipo directivo asegure que su visión es clara y que ha sido comunicada con precisión y ha sido bien entendida.

Esto es, sin duda, un misterio. Las organizaciones gastan enormes cantidades de recursos (tiempo, dinero, atención y energía) en desarrollar sus estrategias y dedican cantidades igualmente impresionantes de tiempo y energía comunicándolas al resto de la organización. Entonces, ¿por qué la mayoría de los empleados afirma desconocer esas estrategias?

Puede haber muchas razones tras esta lamentable situación: una estrategia difícil de explicar, una insuficiente o mala comunicación por parte de la Dirección o, tal vez, una escucha pasiva o falta de atención por parte de los empleados. Todos ellos son posibles motivos, pero hay otros tres que destacan como los principales culpables de esta falta de claridad.

Razón 1: No se toman decisiones Lo esencial de cualquier estrategia es tomar decisiones difíciles: qué va a hacer la organización y, aún más importante, qué no va a hacer. La pregunta que surge de inmediato es esta: ¿decisiones sobre qué? No hay una respuesta de consenso, pero al menos hay tres decisiones que deben tomarse: el quién, el qué y el cómo, en concreto:

•¿A quién debemos considerar cliente potencial y a quién no?

•¿Qué debemos ofrecer a esos clientes y qué no?

•¿Cómo debemos hacer todo esto? ¿Qué actividades de la cadena de valor debemos emprender y cuáles no?

Las decisiones que tomemos en función de estos tres parámetros constituyen la estrategia de la organización. Definen su posición en el sector y marcan los límites dentro de los cuales nuestra gente puede actuar con libertad y autonomía.

Pero ¿cómo tomar estas decisiones y quién es el responsable de hacerlo? La pregunta habitual que la gente hace al plantearle este simple punto es si estas tres opciones son las únicas que una organización necesita cuestionarse...


Costas Markides

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Profesor de Estrategia y Emprendimiento en la London Business School, donde ocupa la presidencia Robert P. Bauman en liderazgo estratégico.