Turismo y empleo: luces y sombras

Turismo y empleo: luces y sombras Turismo y empleo: luces y sombras

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Alfonso Jiménez

Business Review (Núm. 284) · Ventas

El turismo juega un papel muy relevante en la economía nacional: en 2017 representó el 14,9% del PIB en nuestro país. Además, es un sector intensivo en personas, lo que implica que su contribución al empleo es muy relevante, tanto de manera directa (profesionales que trabajan en el sector) como el impacto positivo que genera de manera indirecta en otros sectores, como en el caso del comercio.

El turismo es un sector dinámico y complejo en el que los principales actores tienen que adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno, habiendo sufrido transformaciones importantes en la configuración de la cadena de valor y en el que aparecen nuevos jugadores que imponen nuevas reglas del juego, como, por ejemplo, en los nuevos entrantes en la intermediación y, en general, en los negocios digitales.

La industria turística, por la propia actividad y servicios que ofrece, es un sector con características particulares que impactan en el empleo:

1. La estacionalidad de la demanda es un factor estructural del turismo. La adecuación del trabajo a la demanda es clave en muchos sectores, pero en el turismo cobra especial relevancia por la estacionalidad de la demanda como factor estructural, y especialmente en aquellos destinos que se caracterizan por las grandes diferencias de clima que existen en distintas épocas del año. El clima, los períodos vacacionales, las festividades y celebraciones, así como los eventos y fiestas, hacen que la demanda sea volátil, lo que implica que los modelos de empleo acompañen a estos ciclos de demanda. En consecuencia, el volumen de empleo es distinto en diferentes épocas del año o en diferentes momentos de la semana, e incluso del día.

Efectivamente, la gestión del empleo se tiene que adecuar a la demanda; es decir, en la medida en que nos visita un mayor volumen de turistas extranjeros, el volumen de ocupados en turismo en España también aumenta. La estacionalidad es un factor estructural que implica modelos de relación mucho más flexibles que en otros sectores empresariales, con modelos más lineales de demanda. No obstante, el sector está haciendo esfuerzos por reducir la estacionalidad, incrementando la actividad en las épocas con menos demanda, lo cual redundaría en modelos de relación más estables en el tiempo.

2. Existe una gran heterogeneidad de actividades y perfiles profesionales. El sector se configura en una cadena de valor en la que intervienen actividades muy diversas: distribución, transporte, alojamiento, restauración y ocio. Detrás de estos subsectores hay empleos muy diversos, que van desde un piloto de línea aérea hasta un camarero de restaurante. Esta heterogeneidad de actividades implica perfiles muy distintos entre sí, y aunque lo hace muy diverso, puede ser una barrera para impulsar medidas o planes comunes apl...


Alfonso Jiménez

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Socio director de PeopleMatters