Cómo el trabajo en remoto está reduciendo el conocimiento implícito

Cómo el trabajo en remoto está reduciendo el conocimiento implícito Cómo el trabajo en remoto está reduciendo el conocimiento implícito
autor-image

Giulio Toscani

Business Review (Núm. 331) · TIC

Durante las largas etapas de trabajo en remoto provocadas por la pandemia, las empresas tecnológicas detectaron una disminución de lo que se conoce como ‘conocimiento implícito’. Un tipo de conocimiento que está basado en la experiencia y en los valores personales, y que resulta vital cuando se trabaja en proyectos de inteligencia artificial. ¿Por qué es tan relevante este tipo de conocimiento y qué estrategias pueden potenciarlo?

El conocimiento impersonal y formal, el que se plasma habitualmente en manuales, documentos y procedimientos, se denomina “conocimiento explícito” (CE), y es diferente del basado en la experiencia y los valores de los individuos, denominado “conocimiento implícito” (CI) o tácito. Sería una diferencia parecida a visitar los monumentos de Roma mirando un libro de fotos o ir a verlos in situ, disfrutando también de la comida y el ambiente. La separación del conocimiento en dos partes confirma el argumento de que la disponibilidad del conocimiento explícito, por sí misma, no necesariamente potencia ni el progreso ni la innovación, mientras que los conocimientos implícitos y explícitos, juntos, sí lo hacen1. Estos dos conocimientos necesitan ser compartidos para generar aprendizajes, pero el hecho de compartir parece tener una vertiente que depende de la personalidad: los profesionales extrovertidos, abiertos a la experiencia, agradables y emocionalmente estables son más propensos a compartir su saber que el resto.

Durante las restricciones de la pandemia de la COVID-19 en todo el mundo, el trabajo en remoto garantizó el flujo de CE (especialmente por parte de las personas extrovertidas); pero está menos claro cómo los profesionales que trabajaban remotamente pudieron compartir su CI, especialmente si eran personas introvertidas. La diferencia entre personalidades resultó fundamental a partir del primer año de pandemia, cuando los problemas de salud mental empezaron a aumentar hasta alcanzar niveles anormales, como subidas del 25% de ansiedad y depresión2.

Dado que la mayor parte de los conocimientos de una organización se encuentran en forma implícita (como, por ejemplo, ser capaz de identificar el momento exacto en que un cliente potencial está listo para escuchar su argumento de venta), es vital arrojar algo de luz sobre el impacto del trabajo en remoto, antes y después de la pandemia, sobre el CI y cómo este podría ser estimulado y compartido.

Un estudio3 sobre el trabajo a distancia, realizado a partir de sesenta entrevistas a ejecutivos que trabajan con IA y expertos en análisis de datos (data scientists) antes y después del arranque de la pandemia, muestra que las interacciones online promovieron el conocimiento explícito, pero debilitaron el conocimiento implícito; algo que generó consecuencias imprevistas, como un impacto negativo en el rendimiento de los proyectos de IA. Lo sorprendente es que, a pesar de que e...


Giulio Toscani

Investigador de Human-Computer Interactions en Universitat Pompeu Fabra y NUCB Japón ·

Ingeniero químico de formación, exabogado de patentes por distracción o pura curiosidad, y profesor por vocación inevitable, Toscani combina estos oficios con un doctorado en el KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo, desde donde empezó a mirar el mundo con lentes aún más inquietas. Lleva más de dos décadas moviéndose con soltura entre la academia, la empresa y los entresijos del sector público. Fue profesor adjunto en Esade Business School y hoy reparte su tiempo entre Barcelona, donde enseña en la Universitat Pompeu Fabra, y Nagoya, donde imparte clases en la NUCB Business School. A veces se le puede encontrar en São Paulo, Milán, Shanghai, Moscú o Teherán, impartiendo clases o debatiendo sobre el futuro digital del planeta.

Consejero y socio en proyectos de innovación en Singapur y España, ha acompañado a gigantes como Telefónica, General Electric, Nike o PwC en sus metamorfosis digitales. Sus cursos y conferencias giran en torno a la inteligencia artificial generativa, la innovación disruptiva y el emprendimiento digital, pero lo hace con una mezcla de rigor y humor que lo distancia de los habituales profetas tecnológicos.

Fuera de las aulas, Toscani cambia los algoritmos por montañas: es corredor de ultratrail, profesor de yoga y ciclista errante. Ha atravesado en solitario Mongolia y el Sudeste asiático, convencido de que el viaje, como la tecnología, solo tiene sentido si transforma a quien lo emprende. Su interés por la intersección entre la emoción humana, la estrategia y la inteligencia artificial le ha dado una perspectiva poco común en el vertiginoso mundo digital: la de quien observa el futuro sin perder del todo la sonrisa.

 

Sígueme en: