De CFO a Business CFO: la dirección financiera gana poder de influencia

De CFO a Business CFO: la dirección financiera gana poder de influencia De CFO a Business CFO: la dirección financiera gana poder de influencia

DB

David Bertomeu

Business Review (Núm. 362) · Finanzas

La tecnología está permitiendo al director financiero liberar tiempo de sus funciones clásicas para incrementar su labor de apoyo a las diferentes áreas de negocio. Sin embargo, esta mayor responsabilidad también exige nuevas habilidades de influencia.

Todo CFO (chief financial officer) tiene dos grandes áreas de responsabilidad. La primera es la que podríamos llamar “la maquinaria”, que engloba el universo de las transacciones (contabilidad, tesorería, impuestos, gestión del crédito, etc.), en cuyo caso debe velar por que esté perfectamente engrasada y funcione. Respecto a la segunda, que denominaremos “soporte a negocio”, su propósito es proveer de cuanta ayuda se requiera a todas las funciones de la empresa para que se alcancen los objetivos, y suele canalizarse a través del equipo de controllers.

El peso de ambas responsabilidades ha ido evolucionando a lo largo del tiempo: si bien la primera era concebida como la principal, estamos en un punto donde posiblemente ya hayan alcanzado el equilibrio, y, sin duda, el futuro se escora drásticamente hacia la segunda. De hecho, el cargo de “CFO” está evolucionando hacia el de “Business CFO”. La cuestión es que seguramente no todos los directores financieros serán capaces de recorrer ese camino.

 

La urgencia de automatizar el pasado El reto de lograr una maquinaria perfectamente engrasada no es menor. Lo que nos encontramos es que algunos procesos todavía son manuales, existe dependencia de la integración de sistemas, tratamos todos los datos por igual sin importar su tamaño y, como guinda final, solo se habla de la maquinaria cuando hay algún problema.

Sin embargo, la tecnología y, en concreto, la IA hacen imprescindible automatizar todos esos procesos y liberar ese tiempo de limitado valor para dedicarlo a la gestión del futuro, que es donde realmente se puede aportar al negocio. Algunas sencillas aplicaciones de agentes de IA que puede desarrollar uno mismo tienen una potencia inimaginable hace unos años. Y lo mejor es que las puede hacer quien sabe qué es relevante, qué le quita tiempo y qué vale la pena automatizar. El gran cambio es que se trata de una tecnología fácil que puede aplicar directamente el usuario con sus propios criterios.

Este es el motivo de la urgencia. La maquinaria humana que se encargaba de gestionar el pasado ya es historia. Afortunadamente, ahora es la tecnología la que se encarga. El riesgo está en no verlo, porque el cambio está yendo más rápido de lo que anticipábamos.

En conclusión, cualquier CFO haría bien en reducir la energía que dedica a la vertiente financiera (la maquinaria) para dedicarla a dar soporte al negocio y c...


David Bertomeu

Profesor y director del Programa de Control de Gestión Avanzado en Esade Business School ·