El día después

El sector opina

El día después El día después

Las compañías que en momentos de disrupción no sustituyen talento desfasado por talento con nuevas capacidades están condenadas a perderse el siguiente ciclo de crecimiento.

Lo que venimos llamando desde hace un tiempo transformación en la era digital no es otra cosa que la manera en que llevamos las múltiples innovaciones disruptivas a nuestro día a día, o como comúnmente denominamos nuestro business as usual.

A lo largo de los años, las empresas han ido definiendo sus modelos de negocio, escalándolos y haciéndolos más productivos. Ello requería la definición de unas capacidades determinadas en los puestos de trabajo, que poco han evolucionado una vez perfeccionado el modelo. La irrupción de la era digital, provocando rápidos cambios de hábitos de los consumidores y clientes, ha incentivado la disrupción de nuevos modelos de negocio y una velocidad sin precedentes en la innovación.

La crisis de la COVID-19 se ha presentado como una transformación digital con esteroides, recorriendo en pocos meses años de cambios pendientes, y como un reto sin precedentes a los business as usual de las empresas. Un auténtico shock de demanda para la mayoría de las empresas. La salida tradicional de los shocks de demanda como el actual siempre se ha traducido en recetas clásicas de la era industrial, es decir, despidos, recortes y búsquedas desesperadas de productividad.

Sin embargo, muchas compañías olvidan que, a la vez que se desgasta el business as usual, están surgiendo nuevas necesidades e innovaciones, muchas de ellas disruptivas, para las que las empresas deben prepararse rápidamente si no quieren perder el tren de los próximos tres o cinco años. Y ello pasa, en gran parte, por una redefinición de las capacidades del equipo y del talento. Urgente.

Por ello, las reestructuraciones en el business as usual del negocio deben de ir acompañadas por tres movimientos intensos: la contratación de nuevas capacidades habilitadas para desarrollar las nuevas innovaciones, el traslado urgente de capacidades entre departamentos para acelerar esa dinámica y la formación de empleados.

No existirá transformación del negocio sin transformación de la organización. Y, por ello, las capacidades de los equipos, la estructura de la organización y las formas de trabajo están en el centro de esta transformación que deben afrontar las empresas que quieran navegar en la nueva era.


Alberto Díaz García

Socio cofundador del ISDI y socio director de MIGRATION ·