El liderazgo ‘laissez faire’ en la era de la IA

El sector opina

El liderazgo ‘laissez faire’ en la era de la IA El liderazgo ‘laissez faire’ en la era de la IA

La IA es una revolución popular. Nada que ver con lo que fue, y sigue siendo, el movimiento elitista de la transformación digital. Las élites cultas en tecnología, en gestión, e incluso en presupuestos, del mundo corporativo han liderado esta evolución histórica hacia el protagonismo del cliente (y no de las máquinas o productos) y la productividad. Es una revolución de arriba hacia abajo. Justo lo contrario que la IA.

El que haya cometido la heroicidad de dar alguna sesión sobre IA y se haya visto atrapado, como yo, con que los asistentes dominan alguna herramienta que uno mismo desconoce, sabe de lo que hablo. Y es que, tras alguna sesión exploratoria, nada como dejar que un equipo o un departamento descubra qué es lo que realmente aporta valor a su trabajo. En un entorno de accesibilidad masiva a herramientas, con la única barrera de modelos de pago más que accesibles, la revolución viene, por primera vez, de abajo, de los propios usuarios, que no necesitan ni permiso ni información, ni apenas brújula, para adoptar herramientas de IA.

Así que cómo vamos a liderar esta revolución es la gran pregunta, cuya respuesta vamos construyendo. Lo que ya podemos aclarar es cómo no: imponiendo, pretendiendo saber más que los demás, prejuzgando o ralentizando, entre otros perfumes, lo que era el liderazgo en la era industrial. Estilo de liderazgo, por otro lado, todavía válido y eficiente para manejar el business as usual de muchas empresas.

Si el estilo de liderazgo para la era digital ya abrazaba la delegación, la transparencia o la agilidad, entre otras características, la era de la IA nos obliga a exacerbar algunas de estas notas. La velocidad a la que se generan datos, análisis, predicciones, modelos, propuestas, prototipos, ejecuciones y seguimientos implica dar más espacio a los responsables, para no parar la maquinaria, para no desmotivar a los que quieren hacer, para que no se nos escapen oportunidades de contar una buena historia o dar una solución a un cliente.

Si la tecnología ya nos ha enseñado que, para capitalizar, se deben adaptar las formas de trabajo y las organizaciones, la IA nos va a exigir adaptar procesos y operaciones, pero, sobre todo, estilo de liderazgo. Un liderazgo que sepa integrar negocio, tecnología y humanidades y que deje espacio a las personas para que puedan desarrollar con pensamiento crítico y creatividad esta revolución popular.

Laissez faire!.

Alberto Díaz García

Socio cofundador del ISDI y socio director de MIGRATION ·