Llenar la empresa de pósits no la hará más ágil

Artículo en colaboración con:

  • EEC
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Llenar la empresa de pósits no la hará más ágil Llenar la empresa de pósits no la hará más ágil

FV

Fernando Vargas

Management & Innovation (Núm. 4) · TIC

Las metodologías ágiles están generando cambios a una velocidad de vértigo en las organizaciones, como el achatamiento de las pirámides jerárquicas, la ruptura de las áreas departamentales, la proliferación del trabajo por proyectos y el cambio de rol y de funciones. Agilidad y cambios que están dando lugar a nuevas formas de trabajar que todos (organización, líderes y equipos) debemos ser capaces de asumir para no fracasar. Funcionar de una manera diferente pensando igual que antes sería como jugar hoy un partido de tenis con una raqueta de madera. Un fracaso asegurado.

Las organizaciones están hoy en día enfrentándose al reto de las metodologías ágiles y tratando de averiguar cómo implantar una nueva forma de trabajar y también de pensar, cómo romper los silos y aplanar las estructuras organizativas y cómo lograr que sus profesionales construyan relaciones de confianza en un tiempo récord con personas que no conocen porque no son de su equipo habitual.

Aprovecharse de los beneficios del agilismo, como la oportunidad de la visibilidad y la adaptación al cambio, la flexibilidad o el aprendizaje de los errores, requiere que los equipos incorporen herramientas que favorezcan el desarrollo de una nueva forma de generar inteligencia colectiva, así como habilidades para maximizar el rendimiento del equipo. La persona que integra un equipo ágil debe aprender los principios y valores que sustentan esta forma de relacionarse y organizarse de manera efectiva para obtener resultados, y también debe identificar los nuevos paradigmas que favorecen la aparición de los comportamientos productivos, con un propósito claro: alcanzar el resultado esperado de la manera más efectiva, en el menor tiempo posible y minimizando los desperdicios.

El agilismo no es una metodología, no es una forma de desarrollar un producto, ni siquiera es un proceso de trabajo. Según expresa claramente el Manifiesto Ágil, un documento creado por diecisiete profesionales en 2001, Agile es un conjunto de creencias que permite a los equipos operar y tomar decisiones de manera eficaz para realizar un trabajo concreto y entregar un producto a la medida de las necesidades cambiantes de su cliente.

Es más, según nuestra experiencia, no son ágiles las metodologías, sino las personas. Sin la capacidad de retroalimentación que sigue a la escucha, las metodologías ágiles ni son posibles ni tienen sentido, ya que se edifican sobre la confianza y el compromiso que surgen del feedback y del feedforward constantes para ganar en velocidad, aprendizajes y mejoras.

Escuchar, prototipar, escuchar, cambiar, prototipar, escuchar... Es una secuencia necesaria en cualquier metodología ágil enmarcada en una conversación permanente entre equipo, mánager, cliente y stakeholder para ir prototipando, testando y construyendo sin necesidad de tener que apostarlo todo a un solo número y color.

El feedback nutritivo y de calidad permite que la comunicación se convierta en una ventaja competitiva y que el equipo multiplique de maner...


Fernando Vargas

Coach y director de EEC Consultoría en Escuela Europea de Coaching ·