La escucha activa de los grupos de interés ayuda a las empresas familiares a entender mejor su entorno y sus necesidades. Pero la motivación para aumentar el compromiso con los ‘stakeholders’ debe tener un propósito que vaya más allá de las relaciones públicas y forme parte de la propia misión de la compañía.
Profundizando en la relación entre empresas familiares y sus ‘stakeholders’
ME
Marta Elvira
Management & Innovation (Núm. 80) · Estrategia · Noviembre 2025
Las empresas familiares gozan de un alto nivel de confianza por parte de la sociedad, y eso las sitúa en un lugar privilegiado para liderar alianzas con sus stakeholders y continuar aportando valor a largo plazo a través de distintas generaciones. Sin embargo, múltiples estudios señalan que no es suficiente confiar en los valores y el legado para mantener vivo el negocio. Es necesario un sólido propósito que priorice los objetivos de sostenibilidad empresarial y ambiental, así como el impacto social.
“Para prosperar a largo plazo, toda empresa debe no solamente obtener resultados financieros, sino también demostrar que contribuye positivamente a la sociedad”. Estas conocidas palabras de Larry Fink, presidente y CEO de BlackRock, en su carta anual de 2020 a presidentes y directivos, también ponen el acento en la sostenibilidad y el propósito como dos claves esenciales del contexto empresarial. De hecho, el manifiesto de la Business Roundtable en 2019 propuso redefinir el propósito empresarial, defendiendo que la principal finalidad de una corporación es promover una economía que sirva a todos los grupos de interés y no solo a los accionistas.
Muchas de las empresas que desde entonces se han adherido a este manifiesto son familiares: Walmart, Ford, Johnson & Johnson, DuPont, Bechtel… No es de extrañar, puesto que propiedad familiar y propósito van de la mano. Es bien sabido que estas compañías suelen priorizar el legado a largo plazo ante los resultados inmediatos y buscan contribuir a la sociedad, lejos de pensar solo en los beneficios económicos. Igualmente, las empresas asociadas al Instituto de Empresa Familiar en España reafirmaron hace un tiempo sus compromisos de responsabilidad empresarial, social y medioambiental: hicieron explícita su misión de satisfacer a clientes y consumidores teniendo en cuenta los intereses de trabajadores, proveedores y la sociedad en su conjunto con una visión de largo plazo, pensando en las siguientes generaciones, y con criterios éticos que permitan un crecimiento sostenible.
Más allá de los inversores, que ya usan criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo para evaluar en qué empresas invertir, el propósito debe ser entendido en clave estratégica. Claudine Gartenberg, profesora de la Wharton School, define el propósito como “una serie de creencias sobre el significado de la labor de una empresa que va más allá de la medición cuantitativa de los resultados finan...
Marta Elvira
Profesora de Dirección Estratégica y Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE Business School ·


