“Los líderes conscientes son la brújula emocional que inspira y guía a sus equipos, impulsando la confianza necesaria en tiempos de volatilidad”
Punto de Vista: Jane Rodríguez del Tronco, CEO de The Bold Choice y experta en liderazgo y comunicación
Punto de Vista


HD
Harvard Deusto
Business Review (Núm. 359) · Recursos humanos · Octubre 2025

En un mundo BANI –siglas en inglés de frágil, ansioso, no lineal e incomprensible –, las organizaciones necesitan líderes capaces de generar confianza y guiar a sus equipos en medio de la incertidumbre. En esta entrevista, Jane Rodríguez del Tronco, CEO de The Bold Choice, formadora y coach ejecutiva, agile y de equipos, comparte su visión sobre cómo la comunicación, la inteligencia emocional y las habilidades de líder-coach son claves para impulsar la resiliencia y la capacidad de adaptación. Un liderazgo que inspire y movilice a las personas es hoy más necesario que nunca para afrontar con éxito un futuro cada vez más volátil.
¿Qué papel juegan los líderes en la capacidad de una organización para afrontar un entorno volátil e incierto como el actual?
En un entorno donde la volatilidad y la incertidumbre son cada vez más protagonistas, los líderes conscientes están llamados a convertirse en la brújula emocional y estratégica de la organización. Su papel va mucho más allá de gestionar y tomar decisiones: deben generar confianza, ofrecer claridad en medio del caos y ser referentes que inspiren a sus equipos a avanzar, incluso cuando el camino no está del todo definido.
No pueden prometer certezas, pero sí crear un espacio seguro donde las personas se sientan escuchadas y conectadas con un propósito compartido. En The Bold Choice hablamos del “efecto multiplicador” del liderazgo: cuando un líder comunica con autenticidad, gestiona sus emociones y muestra resiliencia, contagia esa fortaleza al resto de la organización. Este tipo de liderazgo, mucho más humano, impulsa la competitividad y la sostenibilidad de la empresa porque permite adaptarse con agilidad, innovar y mantener la cohesión en medio de la complejidad.
¿Qué necesitan los equipos para mantenerse cohesionados y comprometidos y trabajar con eficacia en un mundo BANI?
Requieren apoyo para comprender y gestionar sus emociones, tanto individuales como grupales. Esta es, en gran medida, una responsabilidad de los líderes, quienes no pueden mantenerse ajenos a algo que antes solía pasarse por alto.
Los equipos también sienten, y las emociones colectivas influyen directamente en su desempeño y en cómo afrontan los desafíos. Por eso, hoy es fundamental que los líderes generen espacios psicológicamente seguros para conversar, donde las personas puedan expresar lo que piensan y sienten, donde se respire autenticidad y confianza, y que permitan detectar a tiempo creencias o emociones que puedan estar limitando el bienestar y la capacidad de actuar del equipo. Cuando existe confianza y apertura, las emociones se canalizan de forma constructiva, los conflictos se gestionan mejor y la cohesión se refuerza, incluso en la incertidumbre. Además, abrazar el error como aprendizaje, mantener la curiosidad y celebrar los logros favorece que el equipo avance unido, con actitud positiva y compromiso a largo plazo.
Como consecuencia, ¿qué habilidades y competencias debe tener un líder para impulsar a sus equipos y organizaciones?
Antes de liderar a otros, necesita aprender a liderarse a sí mismo, trabajando su inteligencia emocional intrapersonal, su fortaleza interior y su resiliencia; todo ello, esencial para mantener la serenidad, tomar buenas decisiones y transmitir confianza.
A partir de ahí, resulta fundamental adoptar un estilo líder-coach, apoyado en una alta inteligencia emocional interpersonal y en habilidades como la empatía, la escucha activa y saber hacer preguntas poderosas, que permiten comprender y acompañar a las personas en entornos complejos, generando el espacio de seguridad psicológica necesario. Por otro lado, la asertividad facilita una comunicación clara y directa, especialmente cuando se trata de mensajes difíciles que, por su impacto, deben expresarse con respeto y empatía.
Estas competencias son las que trabajamos en The Bold Choice y recogemos en nuestro libro Smart Feedback, concebido como una guía para conversaciones de calidad y casi como un manual de coaching para el liderazgo.
En última instancia, las conversaciones son tanto una responsabilidad como una oportunidad para inspirar, influir y movilizar a las personas, incluso en la incertidumbre. Y esto es posible si el líder sigue desarrollándose a sí mismo, reforzando su inteligencia emocional y su resiliencia para estar a la altura de los desafíos que afronta su equipo y su organización.
¿Qué aporta el coaching ejecutivo y de equipos a las organizaciones que quieren fortalecer su liderazgo y adaptarse con agilidad a los retos actuales?
El coaching, tanto a nivel ejecutivo como de equipos, se ha convertido en una palanca esencial para acompañar a las organizaciones en tiempos de cambio. Ofrece un espacio seguro de reflexión y aprendizaje donde líderes y equipos pueden tomar conciencia, revisar creencias y emociones y explorar nuevas formas de afrontar la incertidumbre.
En The Bold Choice, lo utilizamos como metodología transversal porque estamos convencidos de que nuestra forma de pensar y sentir influye directamente en cómo actuamos. Trabajar sobre emociones y creencias, individuales y colectivas, es básico para mejorar el desempeño, promover el bienestar e impulsar cambios sostenibles. El coaching permite que líderes y equipos evolucionen al ritmo de su entorno, facilitando autoconocimiento, cohesión y confianza y potenciando la agilidad y la competitividad de la organización.
¿Qué cambios de enfoque o prioridades deberían incorporar las organizaciones en sus estrategias para responder con eficacia a los desafíos de un entorno cada vez más volátil?
En un contexto cambiante, las organizaciones necesitan repensar sus estrategias desde una perspectiva más adaptativa y humana. La escucha empática, hacia profesionales y clientes, debe ocupar un lugar central, pues permite comprender necesidades reales y ajustar el rumbo con agilidad. También es esencial crear culturas basadas en la confianza, la seguridad psicológica y el bienestar, donde los equipos puedan innovar y aprender sin miedo al error, e impulsar activamente el cambio, afrontando la incertidumbre como parte natural de su evolución. Por último, resulta vital invertir en el desarrollo continuo de líderes y equipos para que puedan inspirar y movilizar a las personas en entornos de transformación constante, manteniendo la energía colectiva y la conexión con el propósito común.
En tiempos de incertidumbre, el verdadero reto de las organizaciones no es solo adaptarse, sino aprender a transformarse desde dentro, a través de líderes conscientes y equipos cohesionados. Apostar por la comunicación, la inteligencia emocional y el desarrollo continuo no es una opción: es la clave para construir culturas resilientes, capaces de innovar y generar confianza incluso en la mayor volatilidad.