Redefiniendo la transformación digital: cómo automatizar los procesos tradicionales del ‘back-office’

Cuando hablamos de transformación digital, lo primero que nos viene a la mente es la creación de nuevos modelos de negocio, nuevos canales de venta o la mejora de la experiencia del cliente, es decir, mejoras en lo que llamamos el front-office. Sin embargo, rara vez se aborda la transformación digital como un proceso de optimización y automatización de los procesos internos, es decir, el back-office.

La mejora del front-office es solo la punta del iceberg y un ámbito en el que ya se ha avanzado en cuanto a la innovación. De esta forma, para que la digitalización sea total, se debe tener en cuenta también la digitalización del back office, que es donde reside, actualmente, la verdadera oportunidad para las empresas.

Especialmente, en el sector horeca, muchas compañías asumen procesos que se han hecho históricamente de forma manual –administración, logística, compras–, porque “es lo que se ha hecho siempre”. La realidad es que es posible automatizar estas tareas, creando la oportunidad de liberar tiempo que puede invertirse en procesos que realmente aporten valor.

No obstante, la automatización del back-office ha estado asociada, erróneamente, con términos como la “destrucción” y “eliminación” de tareas o, incluso, de puestos de trabajo. Es el momento de cambiar esta percepción y enfocarnos en cómo podemos aportar valor reduciendo la carga administrativa del back-office.

Llegados a este punto, ¿qué debemos considerar para que esta transformación digital sea lo más exitosa posible? Las empresas realmente comprometidas deberán revisar al detalle los procesos actuales, para identificar qué es necesario hacer –eliminar, revisar, modificar–, y llevar a cabo una inversión económica bien planificada.

Este proceso también implica una transformación cultural que promueva la transparencia y la comunicación entre los empleados que puedan resistirse al cambio. Solo mediante este enfoque, las empresas podrán automatizar procesos, reducir costes y mejorar la eficiencia en su día a día.

Para ello, una de las claves, sin duda, radica en dejar atrás la percepción de que la transformación digital es una amenaza, y visualizarla como una oportunidad para la mejora y optimización de procesos.