Tacto y gusto, los grandes olvidados

Tacto y gusto, los grandes olvidados Tacto y gusto, los grandes olvidados
Márketing y Ventas (Núm. 150) · Márketing

Sin duda, puede asegurarse, que el tacto y el gusto son los grandes olvidados en la gestión de los sentidos en el punto de venta para la generación de una experiencia única para el comprador. En cada caso, el motivo sería distinto: en relación con el gusto, se trata de un sentido muy asociado a categorías específicas de productos, como son los alimentos, no siendo fácil poderlo conectar de forma integrada con el resto de los sentidos; en lo que se refiere al tacto, se asocia generalmente a una tipología muy reduccionista en los elementos de lectura y solo a aquellos elementos que requieran el uso de las manos. Como resultado, el gusto y el tacto son, para los consumidores, los sentidos que menos evocan a las marcas y los que, por tanto, tienen un menor impacto en su decisión de compra. Pese a ello, se trata de sentidos con características únicas:

● Implican un contacto directo con el producto, sin ningún tipo de intermediario.

● Requieren un contacto voluntario por parte del consumidor y exigen su participación activa.

● Suponen, generalmente, una experiencia multisensorial, al combinarse casi sin excepción con otros sentidos que les sirven de apoyo y los complementan.

Pero pasemos a conocerlos de manera individual.

 

EL TACTO: UN SENTIDO ÚNICO Y POLIVALENTE

Desde el punto de vista fisiológico, el tacto es el primer sentido que se desarrolla en el feto. En las primeras etapas de la infancia desempeña un papel fundamental para facilitar el descubrimiento del entorno, proporcionando confianza y seguridad durante el crecimiento. De todos nuestros sentidos, es también el último en perderse, si bien sufre un progresivo deterioro con la edad. La información que recogemos a través del tacto no se limita a la interacción de nuestras manos con los objetos del entorno, aunque es cierto que en las yemas de nuestros dedos se concentran un elevado número de receptores táctiles, especializados en captar diversas percepciones hápticas. El sentido del tacto incluye cualquier sensación captada por la piel o los tejidos debajo de ella, ya sea en las manos o en el resto del cuerpo. Y, por extensión, la información facilitada por los músculos.

El tacto es un sentido clave para conseguir la información precisa que le permita al cerebro identificar sensaciones, evaluar opciones y tomar las decisiones más adecuadas. Y no solo por la información que capta ...


Diana Gavilán

·

Profesora de Márketing de la Universidad Complutense de Madrid.

Roberto Manzano

·

Profesor de Márketing del IE Business School.