Transformación digital. Bienvenidos a la era del aprendizaje permanente

Transformación digital. Bienvenidos a la era del aprendizaje permanente Transformación digital. Bienvenidos a la era del aprendizaje permanente

Las revoluciones tecnológicas "obligan" a una adaptación necesaria con la adquisición de nuevas competencias que permitan aprovechar las nuevas oportunidades, y ello exige un aprendizaje permanente.

Alo largo de la historia, cada vez que ha acontecido una revolución tecnológica, las personas han tenido la necesidad de adaptarse con nuevas competencias (conocimientos y habilidades) para aprovechar todas las oportunidades que se abrían.

Esto lo podemos comprobar, por ejemplo, tanto en la Revolución Neolítica, a través de la cual el ser humano dejó de ser nómada y aprendió a vivir de la agricultura y la ganadería, como en la Revolución Industrial de hace dos siglos, con la aplicación de la máquina de vapor y el posterior desarrollo de la industria. En ambos casos, el ser humano debió aprender nuevas técnicas y nuevas habilidades para adaptarse.

Hoy en día, ya nadie duda de que estamos viviendo una nueva revolución, con la aplicación masiva e intensiva de las tecnologías de información. Seguramente estamos asistiendo a un "nuevo nacimiento del fuego". Sin embargo, el hecho de ser contemporáneos a este acontecimiento quizá no nos permite ser conscientes de la categoría del cambio al que estamos asistiendo.

La transformación digital que están viviendo las empresas es de tal magnitud que la única manera de sobrevivir es desarrollando el talento de sus profesionales de forma continua. La formación pasa a ser una necesidad permanente para poder sacar partido de todos los avances tecnológicos.

Pensemos lo que supone para las empresas y profesionales vivir en un entorno digital. La principal característica es la conectividad: todas las personas y, de manera creciente, todos los objetos están conectados. Y en esa conexión permanente se generan millones de datos que recogen los comportamientos humanos, gustos o preferencias, pero también hay que tener en cuenta los datos que generan las máquinas, sensores, objetos, etcétera. Solo por ponerlo en perspectiva: Gartner cifra en 20.400 millones los objetos inteligentes conectados en 2020.

A partir de los datos, el nuevo petróleo de esta nueva revolución, se ha generado una nueva economía. Cualquier empresa que sepa gestionar adecuadamente la cadena de valor de los datos, desde su recogida y almacenamiento hasta (sobre todo) su explotación e interpretación, será capaz de competir ventajosamente en este nuevo entorno. Aquellas que no se adapten a esta realidad, seguramente estén viviendo sus últimos años de existencia.

Hasta hace unos años, el tratamiento y análisis de cantidades ingentes de datos era una labor casi imposible. La explosión...


Ramón Gurriarán

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Director de Postgrado y Executive Education de EOI, Escuela de Organización Industrial.