El arte de la aumentación: integrando IA, datos y juicio humano en la era digital

El arte de la aumentación: integrando IA, datos y juicio humano en la era digital El arte de la aumentación: integrando IA, datos y juicio humano en la era digital
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Giulio Toscani

Business Review (Núm. 356) · TIC

La IA ha demostrado ser una herramienta muy valiosa para optimizar costes y generar valor en el ámbito empresarial. Pero puede dar mucho más de sí si se nutre con datos de calidad y es supervisada por personas de carne y hueso. El futuro apunta hacia ecosistemas donde seres humanos y máquinas trabajarán de forma colaborativa.

En la era de la transformación digital, la inteligencia artificial ha dejado de ser una herramienta de automatización para convertirse en un catalizador de capacidades humanas. De ahí que proponga un marco estratégico denominado “prAIority” que integra datos, sistemas de IA y juicio humano para maximizar el potencial empresarial1.

Este enfoque no busca reemplazar a las personas, sino aumentar o potenciar su creatividad, toma de decisiones y eficiencia operativa. En un contexto empresarial donde la competitividad exige agilidad e innovación, entender cómo equilibrar estos tres elementos es clave para garantizar que la inteligencia artificial sirva para aumentar, en lugar de reemplazar, las capacidades humanas y liderar mercados disruptivos.

 

1. Datos (episteme): el combustible de la IA El primer pilar de prAIority es el uso de datos de alta calidad como base para los sistemas de inteligencia artificial. Su eficacia depende de la diversidad y precisión de los datos que los alimentan. Un ejemplo claro es la gestión del tráfico urbano mediante IA, donde los datos en tiempo real pueden optimizar rutas y reducir la congestión. Sin embargo, la fragmentación de datos, como en redes de transporte descoordinadas en Estados Unidos, limita su efectividad.

Las empresas deben priorizar la integración de datos transversales para generar un conocimiento holístico, como hace la startup estonia X-Road al conectar bases de datos gubernamentales y reducir trámites burocráticos. A medida que aumenta la densidad digital, la capacidad de diseñar sistemas avanzados de interacción entre seres humanos y máquinas se vuelve crucial para ayudar a los usuarios a manejar el volumen creciente de información e interacciones.

En resumen, los datos son claves para el éxito de cualquier iniciativa impulsada por la inteligencia artificial, y la “prAIorización” comienza por identificar las áreas donde la IA puede tener el mayor impacto en la mejora de la actividad humana.

La densidad digital, que abarca la abundancia de datos, la conectividad y las interacciones en un contexto específico, define el entorno en el que operamos y donde podemos hacer negocios. En estos entornos de alta densidad digital, es esencial contar con diseños avanzados de interacción entre seres humanos y máquinas para ayudar a los usuarios a procesar la gran cantidad de datos e interacciones disponibles.

Sin embargo, un...


Giulio Toscani

Investigador de Human-Computer Interactions en Universitat Pompeu Fabra y NUCB Japón ·

Ingeniero químico de formación, exabogado de patentes por distracción o pura curiosidad, y profesor por vocación inevitable, Toscani combina estos oficios con un doctorado en el KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo, desde donde empezó a mirar el mundo con lentes aún más inquietas. Lleva más de dos décadas moviéndose con soltura entre la academia, la empresa y los entresijos del sector público. Fue profesor adjunto en Esade Business School y hoy reparte su tiempo entre Barcelona, donde enseña en la Universitat Pompeu Fabra, y Nagoya, donde imparte clases en la NUCB Business School. A veces se le puede encontrar en São Paulo, Milán, Shanghai, Moscú o Teherán, impartiendo clases o debatiendo sobre el futuro digital del planeta.

Consejero y socio en proyectos de innovación en Singapur y España, ha acompañado a gigantes como Telefónica, General Electric, Nike o PwC en sus metamorfosis digitales. Sus cursos y conferencias giran en torno a la inteligencia artificial generativa, la innovación disruptiva y el emprendimiento digital, pero lo hace con una mezcla de rigor y humor que lo distancia de los habituales profetas tecnológicos.

Fuera de las aulas, Toscani cambia los algoritmos por montañas: es corredor de ultratrail, profesor de yoga y ciclista errante. Ha atravesado en solitario Mongolia y el Sudeste asiático, convencido de que el viaje, como la tecnología, solo tiene sentido si transforma a quien lo emprende. Su interés por la intersección entre la emoción humana, la estrategia y la inteligencia artificial le ha dado una perspectiva poco común en el vertiginoso mundo digital: la de quien observa el futuro sin perder del todo la sonrisa.

 

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