El dilema de la disrupción

El dilema de la disrupción El dilema de la disrupción

JG

Joshua Gans

Business Review (Núm. 265) · Estrategia

Identificar la quiebra de una empresa consolidada como consecuencia de la disrupción es un pensamiento erróneo, fruto del uso abusivo del término. La disrupción es, más bien, y según la tesis aquí expuesta, el panorama con el que se encuentra una empresa después de que las decisiones que en su momento le garantizaron el éxito devengan en las que la conducen al fracaso. El caso de Blockbuster evidencia esta idea, ya que su negocio, basado en el tradicional alquiler de vídeos, no supo adaptarse a la irrupción del DVD y puso a Netflix a la cabeza del mercado. Con todo, un recorrido por la historia de este fenómeno constata la existencia de dos tipos de cambios que pueden llevar a la disrupción: la innovación disruptiva y la estructural.

El uso abusivo del término disrupción ha conseguido que, finalmente, este se vacíe de significado. Necesitamos deshacernos de cierta carga semántica con la que se le asocia hoy en día; en particular, con la noción de que los traspiés de una empresa consolidada son la consecuencia de la disrupción. Al mismo tiempo, debemos atenernos a la esencia del término, ya que la disrupción desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio mundial frente a los posibles riesgos que puedan avenirse.

Para los fines de mi investigación, defino disrupción como "el escenario al que se enfrenta una empresa cuando las elecciones que un día la llevaron al éxito se convierten en aquellas que destruyen su futuro". Esto nos permite ver la disrupción como un fenómeno legítimo, pero también como una manera de explicar cuándo una situación a la que se enfrenta una compañía no es una disrupción, sino algo totalmente diferente.

 


DE BLOCKBUSTER AL DESASTRE

Si pudiéramos hablar de un paradigma moderno de disrupción, este sería, sin lugar a dudas, el de los vídeos Blockbuster. En 2004, Blockbuster dominaba el mercado del alquiler de vídeos y DVD en Estados Unidos (y en otros países de todo el mundo) con nueve mil tiendas, una posición que tardó en alcanzar casi dos décadas. En 2010 entró en quiebra, con sus puntos de venta reducidos a un tercio respecto de su apogeo.

Blockbuster se fraguó en la ola de la revolución del cine en casa iniciada en la década de los setenta y que continuó en los ochenta con el vídeo, que se convertiría en un electrodoméstico más de la casa. Los videoclubs afloraban en cualquier parte, lo que permitía a la ge...


Joshua Gans

Jeffrey Skoll Chair de Technical Innovation y Entrepreneurship y profesor de Gestión Estratégica en Rotman School of Management ·