La gestión de la inteligencia artificial en el futuro: el papel de las estrategias de Estado

La gestión de la inteligencia artificial en el futuro: el papel de las estrategias de Estado La gestión de la inteligencia artificial en el futuro: el papel de las estrategias de Estado
Business Review (Núm. 311) · TIC

Los Estados tienen un papel esencial en el despliegue de la inteligencia artificial. Pueden adoptar un rol promotor, un rol facilitador y un rol emergente, en lo que denominamos “diplomacia digital”, para promover innovación institucional a nivel global. La forma en que se despliegue la inteligencia artificial en el nuevo tiempo afectará a la confianza futura de las reglas en las que se fundamenta el orden internacional. Y ello tendrá implicaciones en todos los ámbitos, especialmente en el de la empresa

Estamos en el centro de una disrupción tecnológica que transformará la forma en que se concibe el sistema de relaciones económicas y políticas a nivel global. Por ello, los líderes empresariales deben ser muy conscientes de cómo esta transformación afectará a un nuevo tiempo en el orden internacional. La inteligencia artificial (IA) forma parte de este conjunto de tecnologías disruptivas, proporcionando un paraguas en el que se integran algoritmos que imitan algunas funciones cognitivas humanas, como el reconocimiento de patrones y la predicción. Se trata de una tecnología que permite automatizar ciertas formas de aprendizaje en función de la captación masiva de datos personales y procedentes de sensores y dispositivos, dando lugar a diversas aplicaciones (ver el cuadro 1).

 

La gestión de la inteligencia artificial en el futuro: el papel de las estrategias de Estado  

Los líderes empresariales deben ser muy conscientes de que la IA afectará a grandes sistemas a escala global: sectores industriales, infraestructuras de transporte, energía y telecomunicaciones, el servicio de salud, la defensa, la mejora de la propia Administración Pública... De hecho, el desarrollo de la IA tendrá dos posibles efectos:

• La concentración de poder en pocas empresas y Estados (lo que explica la carrera entre EE. UU. y China).

• O bien un modelo de relaciones de poder más equitativo, que beneficie en mayor medida a la sociedad y la empresa. 

La IA es una cuestión relativa a la distribución del poder en el futuro: en un sentido u otro, afectará a la confianza entre instituciones nacionales, entre empresa y Estado y entre Estados. En este artículo se argumenta que, en este contexto, el Estado puede tener:

1. Un papel promotor.

2. Un papel facilitador.

3. Un papel en la diplomacia digital para promover innovación institucional a nivel global.

Por encima de todo, creemos que la forma en que se despliegue la IA en el nuevo tiempo afectará a la confianza en las reglas en las que se fundamentará el orden internacional.

 

La Inteligencia Artificial como factor económico&n...


Javier Busquets

Profesor y director del Executive Master in Digital Business de Esade Business School ·

Adriana Sarkis

Colaboradora académica de la Facultad de Derecho de Esade ·