La sostenibilidad ya no es una opción

Tenemos por delante un gran reto. En el año 2050, el mundo tendrá que alimentar a 9.700 millones de personas. La cadena de valor alimentaria, junto con la movilidad convencional, es la causante del 40% de las emisiones de C0₂ totales en el Estado español. Asimismo, el sector de la huerta en Cataluña ha experimentado un retroceso desde el año 2005, con una reducción significativa de la superficie destinada a cultivo y, en consecuencia, de la producción. El consumo actual de hortalizas es muy superior a la capacidad de producción del sector.

Las empresas que apuestan decididamente por la sostenibilidad trabajan, hace ya unos años, para aportar una solución que sea eficiente y sostenible. Es así como nacen proyectos de economía circular, como un nuevo cluster agroalimentario y sostenible que puede integrar agricultura, ganadería, agroindustria y energías renovables en un único espacio, priorizando la eficiencia energética, la minimización de la huella hídrica y de carbono, la producción y el uso de múltiples fuentes de energías renovables para el autoconsumo y una movilidad 100% libre de emisiones.

Ahora ya sabemos que las empresas que no pongan en el centro de su negocio los aspectos de sostenibilidad tienen los días contados. Por un lado, tenemos la presión de los clientes: tienen la voz y señalan el camino de la sostenibilidad, quieren que las empresas hagan propuestas con iniciativas medibles: packaging sostenible que evita más de 50 kg de plástico de un solo uso al año, cultivo sostenible que minimiza la huella hídrica y de CO₂ y la lucha por el desperdicio alimentario.

Por otro, tenemos las obligaciones regulatorias: las obligaciones que establecen las memorias no financieras son un apremio para el cumplimiento de los Acuerdos de París. Aquellas empresas que no empiecen a cambiar su rumbo respecto a sus emisiones de CO₂ no llegarán a tiempo.

La sostenibilidad ya no es una opción, hace replantear todo el modelo de negocio, pero es viable y es rentable.