Reflexiones sobre los conflictos éticos de la inteligencia artificial

Reflexiones sobre los conflictos éticos de la inteligencia artificial Reflexiones sobre los conflictos éticos de la inteligencia artificial

JV

Josep Valor

Management & Innovation (Núm. 47) · TIC

No hace falta referirse a la inteligencia artificial (IA) para encontrar conflictos éticos asociados a la introducción de la tecnología en la actividad humana. Los problemas morales aparejados al uso de ciertas herramientas siempre han existido. No obstante, la IA presenta algunos problemas. ¿Cuáles son?

En 2016, el World Economic Forum publicó un ensayo sobre los que, a juicio de la institución, son los conflictos éticos más importantes debido a la introducción de la IA1. Los cinco primeros son:

1. Desempleo: ¿qué ocurrirá después del final del trabajo?

2. Desigualdades: ¿cómo distribuiremos el valor creado por la tecnología?

3. Humanidad: ¿cómo afectarán las máquinas a nuestro comportamiento e interacciones?

4. Estupidez artificial: ¿cómo nos defendemos de los errores?

5. Discriminación: ¿cómo evitamos el sesgo?

 

De esta lista, los tres primeros no son específicos de la IA. La mecanización del campo y la revolución industrial plantearon exactamente las mismas cuestiones. La aparición de familias de billonarios tradicionales como Rockefeller, Vanderbilt o, más modernos, como Bill Gates o Amancio Ortega, que han sustituido al poder preindustrial de los condes, duques y lores, se explica por el traspaso del poder económico que representaban las tierras de cultivo a los pozos de petróleo, el ferrocarril, la informática y la moda rápida. Estos cambios llevaron a un desempleo masivo de las personas que trabajaban en el campo, transitoriamente causaron desigualdades inimaginables hasta entonces, y crearon una sociedad con una serie de nuevas reglas de comportamiento completamente diferentes a las de la sociedad agraria. Simultáneamente, se crearon infinidad de trabajos nuevos, fue necesario cambiar los sistemas educativos y la formación de los trabajadores y empezó a cambiar el poder político: los países que dominan el mundo no son los que tienen los mayores ejércitos, sino los que tienen las mayores empresas globales.

Desde este punto de vista, la IA no creará nada que no hayamos visto hasta ahora. La gran diferencia es que la sociedad está mejor preparada para afrontar la disrupción. A diferencia del siglo XIX, en el siglo XXI deberíamos ser capaces de proporcionar una red de seguridad a los desplazados por la tecnología, ofrecer oportunidades de entrenamiento en nuevas tecnologías, y, especialmente, diseñar currículos educativos adecuados a las necesidades ...


Josep Valor

Profesor de Sistemas de Información y titular de la Cátedra Indra de Estrategia Digital en IESE Business School ·

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