Salud mental en la era digital: nuevas posibilidades

Salud mental en la era digital: nuevas posibilidades Salud mental en la era digital: nuevas posibilidades
Management & Innovation (Núm. 28) · TIC

Las innovaciones tecnológicas han contribuido al crecimiento de la oferta y la demanda de servicios de psicoterapia en línea. ¿Qué posibilidades ofrece la telepsicología? ¿Qué ventajas y qué limitaciones presenta?

En los últimos diez años, el acceso a Internet alrededor del mundo ha aumentado y los costes del mismo han disminuido considerablemente. Para comprender tal alcance es necesario ver las cifras: en 2005, menos del 20% de los hogares contaba con acceso a Internet, y ya en 2018, este porcentaje ascendía hasta casi el 60%. Actualmente, la cifra es superior, y el uso de las tecnologías en nuestra vida diaria es aún más habitual, especialmente tras la pandemia provocada por la COVID-19.

La accesibilidad creciente a dispositivos móviles, como smartphones, ha impulsado que más gente tenga acceso a Internet y redes sociales, provocando que muchas personas realicen múltiples tareas mediante la red, tareas que no mucho tiempo atrás se hacían de forma presencial, como ir al banco, realizar compras, el pago de impuestos, la comunicación del día a día, etc. Así, se podría decir que Internet ha pasado de ser una herramienta desde la que solo se obtenía información a un medio a través del cual interactuamos. Y, en poco tiempo, pasará a ser una herramienta que abarque prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas, como prevén los expertos. Precisamente, a través de estas tecnologías y de su aceptación, tanto la medicina como la psicología buscan nuevas posibilidades de tratamiento para la población, ya sea por medio de la teleconsulta o de intervenciones a distancia.

En buena medida, nos relacionamos con los demás en encuentros digitales dentro del ciberespacio, habiendo interiorizado cada vez más el mundo digital como parte de nuestro día a día más cotidiano. Dentro de este contexto, el cuidado de la salud mental no es una excepción. Así, el objetivo de este trabajo es presentar el alcance y las posibilidades que la telepsicología y la terapia mental en línea ofrecen en el momento actual, destacando la necesaria formación de los profesionales.

 

El alcance de la telepsicología

De acuerdo con el informe de la tercera encuesta global sobre e-salud de la OMS, existe evidencia razonable de que la telesalud es práctica y rentable en algunas áreas de uso clínico, como la telerradiología, la teledermatología y la telepsiquiatría. La telepsicología, que forma parte de la telesalud, puede definirse como “la prestación de servicios psicológicos empleando tecnologías de la información y de la comunicación, mediante el procesamiento de la información por medios eléctricos, electromagnéticos, electromecánicos, electroópticos o electrónicos”. Algunos ejemplos de intervenciones telepsicológicas son las diversas aplicaciones que ayudan a dejar de fumar, manejar el estrés, etc., las líneas telefónicas de ayuda (como “El teléfono de la esperanza”) y, por supuesto, la psicoterapia en línea.

La psicoterapia en línea, también llamada teleterapia o ciberterapia, se refiere a cualquier entorno psicoterapéutico creado por computadoras y diseñado, facilitado o prescrito por un profesional de la salud mental. Usualmente, cliente y terapeuta utilizan la videoconferencia para llevar a cabo una sesión sincrónica, aunque se encuentren en ambientes físicos distintos. Así, las innovaciones tecnológicas están abriendo camino a nuevas posibilidades en el tratamiento de la salud mental.

A pesar de que la psicoterapia a distancia es un recurso que se ha utilizado a lo largo de los años por medio de cartas o teléfono, especialmente para intervenciones puntuales, es con el surgimiento y el perfeccionamiento de Internet, con la introducción de la banda ancha en un número cada vez mayor de hogares, que la psicoterapia en línea ha pasado a ser la forma más predominante de psicoterapia a distancia.

La oferta y demanda de las intervenciones psicológicas en línea han aumentado, junto con la aceptación de Internet como una herramienta de comunicación válida y eficaz. Así, son conocidos los portales web como Siquia, Psi-onlife y el americano BetterHelp, ofreciendo terapia en línea desde 2013. Estos y otros portales atienden a un nuevo tipo de cliente que utiliza Internet como su mejor aliado: el cliente digital. Es decir, la accesibilidad a la información en línea permite a los clientes buscar e informarse en Internet antes de comprar o contratar algún servicio. El cliente digital no solo es informado, sino que también busca un servicio personalizado y, dentro de lo posible, inmediato. Justo como la navegación online.

Esta concepción de un nuevo cliente va más allá de describir un perfil, ya que, en la actualidad, de alguna u otra manera, todos somos clientes digitales. En este sentido, no es sorprendente que muchas personas busquen recomendaciones de terapeutas, descarguen recursos psicoeducativos y elijan a un psicólogo –para terapia en línea o convencional– por medio de su móvil u ordenador.

Otros factores que parecen haber contribuido a este crecimiento en la oferta y demanda de servicios telepsicológicos son la rapidez del servicio, la reducción de costes de desplazamiento, la mejora en los sistemas informáticos, las investigaciones emergentes y, en menor medida, las guías de actuación en el ejercicio de la telepsicología, que brindan pautas a los psicoterapeutas sobre las buenas prácticas en este ámbito.

 

Posibilidades de la psicoterapia online

El miedo a ser juzgados y la falta de acceso a profesionales especializados no son los únicos motivos por los que las personas que más lo necesitan no inician un tratamiento. Como factor común que impide el inicio de una psicoterapia, también encontramos la preocupación en torno al coste de la terapia. J. Suler, considerado por muchos como el padre de la ciberpsicología, argumenta que la telepsicología aporta un beneficio obvio: la oportunidad de llegar a personas que no pueden visitar a psicoterapeutas debido a limitaciones físicas o de estilo de vida. Aquí, y en los demás casos mencionados, la telepsicología ofrece una posible solución para reducir la brecha de tratamiento en estos pacientes que cuentan con los medios técnicos para garantizar su salud mental y, como consecuencia, mejorar la calidad de vida de las personas con algún trastorno mental y su entorno. Así, si la tecnología ha ido desarrollando cada día dispositivos mejores y más accesibles, hasta el punto de que, en ciertos ámbitos, prácticamente cualquier persona posee un teléfono móvil inteligente conectado a Internet, cabe plantearnos que los servicios de salud mental digital son accesibles a muchas de las personas que podrían beneficiarse de estos.

Pero ¿qué respaldo científico tiene la psicoterapia en línea? ¿Es igual de eficaz que una consulta convencional?. El apoyo empírico, hasta el momento, apunta que las intervenciones mediadas por Internet han logrado una reducción de síntomas y mejoría de afecciones como la depresión, los trastornos de ansiedad y el trastorno de estrés postraumático. En relación con lo
anterior, un componente fundamental de una terapia exitosa es la relación que se establece entre el terapeuta y el cliente, frecuentemente llamada alianza terapéutica. Muchas personas, incluidos los psicólogos, han expresado su preocupación sobre si la comunicación digital puede proporcionar habilidades, herramientas y sensación de confianza a los individuos a través de la pantalla. Ante esta duda, no son pocas las investigaciones que apuntan que una relación empática en la que tanto el paciente como el psicoterapeuta se puedan comunicar de una manera efectiva no está sujeta a las interacciones presenciales, y se puede generar aun en la distancia física. Pues los pacientes tienden a calificar la calidad de la alianza terapéutica de forma similar tanto para los encuentros tradicionales cara a cara como para los que ocurren en el contexto de la telesalud mental. 

Por último, y no por ello menos importante, es necesario aludir a la crisis generada por la pandemia de la COVID-19, la cual ha desestabilizado la vida de la sociedad en su conjunto a través del estrés y la ansiedad producidos por el cambio drástico de las rutinas y el miedo ante un futuro incierto. Esta situación crítica ha hecho que las soluciones presentadas por la atención virtual, como la telesalud, sean una herramienta indispensable. De este modo, la psicoterapia en línea y otros recursos de salud mental digital han cobrado especial utilidad en el contexto concreto en el que estamos inmersos, ya que han proporcionado una vía para iniciar o mantener el tratamiento (por no ser conveniente, o incluso ser contraproducente, interrumpirlo) de muchas personas en una situación de estado de alarma en la que la población se puede sentir especialmente abrumada. Así, las evidentes limitaciones de la situación generada por la COVID-19 y la flexibilidad que proporciona la atención psicológica en modalidad online –esto es, desde cualquier lugar y a cualquier hora– han contribuido a catapultar la psicoterapia en línea a la fama. Sin embargo, es fundamental ir un paso más allá de la inminente emergencia mundial en la que nos encontramos y abogar por la necesaria transformación digital por la que debe pasar urgentemente la terapia psicológica para que la modalidad online sea una realidad habitual y no excepcional.

 

La importancia de la formación en psicoterapia en línea

La práctica de la telepsicología incorpora nuevas técnicas y aspectos que muchos psicólogos desconocen o con los que no están familiarizados, y es ahí donde radica la importancia de la divulgación de guías y pautas para ejercer online, así como para capacitarse formalmente para poder afrontar los retos que la atención en salud mental de hoy nos impone. Después de todo, comunicarse a través de una pantalla implica una pérdida de claves sensoriales y comportamentales que pueden interferir de modo general con la valoración psicológica y emocional de un paciente.

Por ello, los profesionales de la psicología y otras disciplinas en salud mental que ejerzan psicoterapia en línea deben adquirir un nuevo conjunto de competencias.

Por un lado, de carácter técnico, para conocer y saber desenvolverse en la plataforma utilizada, pero, aún más importante, para garantizar la privacidad y confidencialidad de los datos, que es un tema fundamental en la práctica clínica.

Por otro lado, también deben ser adquiridas una serie de competencias de carácter clínico, que hacen referencia a la calidad de las intervenciones. Una formación completa en psicoterapia online permitirá establecer planes en caso de emergencia, adecuaciones al contexto terapéutico virtual y, por supuesto, discriminar qué clientes son idóneos para la terapia en línea y cuáles son los casos que debemos aceptar, así como referir.

Actualmente, en la transformación digital del consultorio, los psicoterapeutas pueden contar con guías de actuación, buscar supervisión y asesoramiento y, aunque de momento sean escasas, también existen certificaciones académicas específicas que permiten ahondar más en las particularidades de este tipo de intervención y contextualizar la información más allá de la propia experiencia. Aunque los psicólogos utilicen su creatividad en muchos casos, lo hacen a partir de pautas y lineamientos establecidos sobre los cuales han recibido formación teórica y aplicada. De este modo, la formación continua no deja de ser una inversión en el crecimiento como profesionales digitales.

 

Una realidad con mucho potencial

La psicoterapia en línea no está exenta de limitaciones: ¿cómo lograr todavía un mayor alcance de los servicios de salud mental?, ¿qué hacer ante las posibles crisis y patologías mayores? y ¿qué otras pautas pueden derivarse de las más actuales formas de aplicación de la telepsicología? Estas son tan solo algunas de las cuestiones por resolver y que, a la vez, nos advierten de que hay un largo camino por recorrer en este campo. Los aliados en el trayecto son la investigación –especialmente una que tome en cuenta las características socioculturales de cada población– y la formación. Apostar por seguir construyendo una formación en competencias terapéuticas y tecnológicas que garanticen tanto el éxito del proceso terapéutico como el ejercicio ético y profesional de los psicólogos nos llevará muy lejos como profesionales.

Vivimos en una era digital, y la telepsicología, así como la psicoterapia en línea, no es un sueño futurista, sino una realidad con un potencial enorme para hacer que la población se sienta escuchada, comprendida y con la capacidad de utilizar herramientas para vivir mejor. Los esfuerzos hasta el momento son más que prometedores, pues, si la telepsicología funcionó bien en los entornos desfavorecidos del pasado, es probable que funcione mejor en el presente y futuro gracias a los avances tecnológicos. En este sentido, la necesidad de utilizar medios a distancia, además de visibilidad, ha provocado que muchos profesionales de la salud mental hayan comenzado a ofrecer sus servicios en línea, lo que implica que se podrá tener aún más información y, posteriormente, evidencia suficiente sobre las particularidades que este cambio de formato nos presenta. De la mano de información contrastada, podremos utilizar herramientas psicoterapéuticas y tecnológicas capaces de satisfacer con garantías y profesionalidad las necesidades presentes en la población.

La psicología y la tecnología nunca han permanecido estáticas, y, en una sociedad digital como la nuestra, deben articularse conjuntamente. Los seres humanos también somos seres dinámicos en búsqueda de soluciones, y la tecnología nos brinda hoy los medios para cerrar la brecha que existe en el acceso a la salud mental si nos renovamos y actualizamos. Aceptemos este reto juntos.

Carolina Díaz

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Psicóloga y miembro de la organización de Profesionales en Salud Mental Online, CiberSalud

Sara Puig-Pérez

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Profesora e Investigadora Responsable del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de Vida, LabPsical, de la Universidad Internacional de Valencia (VIU)

Aránzazu Duque Moreno

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Profesora e investigadora del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de Vida, LabPsical, de la Universidad Internacional de Valencia (VIU)