Las características del entorno actual demandan cambios en la forma de liderar las empresas. Ciertas estructuras jerárquicas ya no casan con las nuevas formas de trabajar, y determinados estilos de liderazgo han quedado completamente obsoletos. El líder autoritario, ególatra y arbitrario no tiene cabida cuando la meta es potenciar la motivación e implicación de los empleados; pero ello no significa que haya que renunciar a la autoridad. ¿Dónde está el equilibrio cuando se habla de potestad, influencia o permisividad?
En este número monográfico reflexionamos sobre el rol del líder y las implicaciones de ejercer un tipo u otro de liderazgo. Hablamos de las habilidades y actitudes que serán imprescindibles para dirigir las organizaciones del futuro, pero también de las capacidades –ya sean innatas o adquiridas– que debe poseer cualquier persona encargada de guiar a un equipo. Conceptos como “flexibilidad”, “colaboración”, “persuasión” o “integridad” se postulan como protagonistas en una era en la que el pensamiento adaptativo, el aprendizaje a través de la experimentación, la apuesta por la creatividad, la cooperación y la inteligencia emocional juegan un papel determinante. Aquí explicamos cómo ponerlos en práctica y sacarles el máximo rendimiento.