Nos encontramos en un contexto de cambio tecnológico, cultural y social continuo, y ello incide directamente en los modelos de trabajo. Las tareas a desempeñar van variando, así como las preferencias de los empleados, que demandan entornos laborales más flexibles y enriquecedores. Las organizaciones, más allá de posicionarse en temas como el teletrabajo o la capacitación de sus empleados, deben buscar –y ofrecer– nuevas formas de trabajar, con las que atraer el talento que necesitan y, sobre todo, ser más innovadoras, ágiles y rentables. En el dossier de este mes hablamos de todo ello y ofrecemos valiosos recursos para lograrlo. Metodologías como el design thinking, la auditoría de la innovación o la instauración de una cultura de experimentación pueden ayudar a las empresas a navegar por escenarios laborales donde la incertidumbre y las transformaciones son constantes.