La sensibilidad por la relevancia de cuidar, valorar, seguir y analizar la experiencia del cliente es cada vez mayor en las empresas. Es necesario asegurase de que el contacto del consumidor con el producto y/o servicio que ofrecemos se adecua a las expectativas generadas, que nuestra oferta cubre y da solución a sus necesidades. Pero esto solo se logra si conocemos qué espera, que siente y qué grado de satisfacción presentan nuestros clientes. Solo así podremos avanzar en ajustar nuestra oferta al mercado y solo así conseguiremos fidelizar.