A estas alturas, nadie pone en duda que el activo más importante de cualquier organización son las personas. Y tampoco que es, precisamente, la gestión de empleados uno de los mayores retos a los que se enfrentan los responsables de las empresas. Y es que el buen desempeño del área de Recursos Humanos puede llegar a
determinar el éxito o el fracaso de una compañía: tiene la misión de conseguir atraer el mejor talento, pero, sobre todo, de gestionar a las personas atendiendo a sus necesidades y adelantándose a sus demandas del futuro, creando así ese vínculo especial entre trabajador y empresa que eleva los resultados a otro nivel. Lo difícil, aquí, es lograrlo en un escenario cambiante, marcado por la llegada de nuevas generaciones al mercado laboral, en el que el impacto de la digitalización y los cambios en las prioridades personales están transformando las dinámicas de trabajo.
Para hacer frente a todos estos desafíos es indispensable que los departamentos de RR. HH. actúen de forma transversal, llegando a todos los niveles, incluso –y especialmente– a las más altas esferas de la organización, donde deben sentirse representados y con la potestad de participar en la toma de decisiones estratégicas. De todo ello hablamos en los artículos del dossier de este mes, en los que subyace una idea de fondo: que el rol de esta área es crucial y que, hoy más que nunca, RR. HH. es un verdadero actor clave de los resultados del negocio.